Organización de Crímenes en las América analiza cables de WikiLeaks en un reportaje donde que señala que militares de las Fuerzas Armadas de Honduras han traficado armas con los carteles mexicanos.
En un reportaje de la Organized Crime in the Americas, insightcrime.org, organización dedicada a la investigación y análisis de temas relacionados con el crimen organizado en América Latina y el Caribe así como el detalle de los cables relacionados con este.
Según los cables diplomáticos de EEUU obtenidos por WikiLeaks y divulgados originalmente por McClatchy (grupo editorial con publicaciones en 15 estados norteamericanos), el ejército hondureño ha 'perdido' una serie de armas militares suministrados por Estados Unidos en los últimos años, varias de las que coinciden en número de serie con armas ligeras antitanque recuperados en Ciudad Juárez, México y la Isla de San Andrés en Colombia.
Fuerzas Armadas suministran armas a cárteles
A medida que los carteles mexicanos se infiltran en América Central, los elementos corruptos dentro de las fuerzas armadas de la región en lugares como Honduras les proporcionan un arsenal que es a menudo muy superiores a las armas utilizadas por la policía local mexicana. Pero la pregunta sigue siendo: ¿Cuántas de las armas utilizadas por los cárteles mexicanos provienen de arsenales militares en América Central en comparación con las que vienen de tiendas de armas civiles en los Estados Unidos?
La cuestión es central. La fuente de las armas que dinamitan una guerra que ha dejado más de 36.000 muertos en México desde diciembre de 2006, tiene a los gobiernos y grupos de defensa de ambos lados de la frontera señalando culpables. México está considerando demandar a fabricantes de armas de EE.UU., según informes de CBS News.
Pero las tiendas de armas a lo largo de los estados fronterizos de EE.UU. son sólo una fuente de armamento utilizado en México. Arsenales militares de Guatemala se han filtrado ilegalmente a la banda criminal de Los Zetas. Y, según un cable diplomático de EE.UU. de 2008 obtenido por WikiLeaks y publicado recientemente por McClatchy, el ejército hondureño ha 'perdido' varias armas militares suministradas por Estados Unidos en los últimos años.
El cable, disponible a continuación, cita un informe de la Agencia de Inteligencia de Defensa, titulado 'Honduras: Armas Militares alimentan el Mercado Negro Armamentístico', que señaló que los números de serie de armas ligeras antitanque recuperados en Ciudad Juárez, México y la Isla de San Andrés, Colombia, coincidían con los números de las armas que habían sido vendidas con anterioridad a Honduras. Además de las armas, las autoridades de EE.UU. confiscaron un número de granadas M433 de grupos criminales en México, que también fueron trazadas al ejército hondureño.
Estas revelaciones, si se combinan con las recientes acusaciones de vínculos de alto nivel en el gobierno con el narcotráfico en Honduras, presentan un pronóstico débil para los esfuerzos de lucha contra el tráfico de armas en América Central. También añaden más leña a un debate ya caliente. Mientras testificó ante el Senado de EE.UU. el 30 de marzo, el general Douglas Frase, jefe del Comando Sur de EE.UU., implicó que los funcionarios corruptos militares en América Central tienen la mayor parte de la responsabilidad de armar a los cárteles mexicanos.
'Más del 50 por ciento de las armas de tipo militar que están fluyendo a lo largo de la región tienen su fuente en las existencias de América Central, si se quiere, remanentes de las guerras y los conflictos en el pasado', dijo Fraser.
Desde entonces, medios de comunicación importantes como la AFP y McClatchy, han recogido el comentario, catalogándolo como prueba de que las armas militares de América Central están alimentando la violencia del narcotráfico en México.
Pero mientras que el comentario de el General Fraser de que más del 50 por ciento de las armas de 'tipo militar' provienen de América Central puede ser verdad, es engañoso. Las armas procedentes de América Central contabilizan sólo las armas de grado militar, que incluyen armas anti-tanque, así como rifles de asalto G36 y M-16.
Las versiones civiles de esas armas, como la AR-15 y las variantes de AK-47, suman muchas más de las incautaciones realizadas en México, de acuerdo con fuentes consultadas de la ATF (Agencia Estadounidense de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego).
De hecho, las armas más comúnmente utilizadas por los milicianos de a pie del cartel son variantes de AK47 modificadas provenientes de Rumania y China, dijeron agentes de la ATF. Estas versiones más baratas están fácilmente disponibles en muchas tiendas de armas estadounidenses legalmente para compradores testaferros a instancias de los intermediarios que las venden, ilegalmente y en masa a los cárteles en México.
Las armas más letales llegan al narco mexicano desde Centroamérica
Según el gobierno de Estados Unidos, las armas más letales y poderosas compradas ilegalmente por el crimen organizado en México, entre ellas equipo tipo militar de grueso calibre, no entran por la línea divisoria entre ambos países, sino provienen de los arsenales de los ejércitos de Centroamérica y son contrabandeadas por la frontera sur, a través de los cruces mal protegidos y peor vigilados por las autoridades mexicanas locales y federales.Lo anterior se desprende de los contenidos de los cables enviados por la embajada de México al Departamento de Estado entre marzo de 2009 y enero de 2010, referentes a tres conferencias bilaterales sobre tráfico de armas que se realizaron, sucesivamente, en Cuernavaca, Morelos; Phoenix, Arizona, y Tapachula, Chiapas.
Según la apreciación de los diplomáticos estadunidenses, los dirigentes políticos mexicanos “no se inhiben a la hora de recordarnos que la demanda de drogas en Estados Unidos, el lavado de dinero y el flujo de armas ilegales desde nuestro lado de la frontera sirve de combustible a la guerra del narco en México”, advierte un documento preparatorio de la embajada para la Conferencia Bilateral sobre Tráfico de Armas, que se celebró a puertas cerradas el primero y el 2 de abril de 2009 en Cuernavaca.
Se trata de un cable informativo (09MEXICO880) elaborado como contexto para los funcionarios de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), dependiente del Departamento de Seguridad Interna, y de la Oficina Alcohol, Tabaco y Armas (ATF), del Departamento de Justicia, en el que se menciona una tendencia que era apenas detectada en ese periodo (2008-2009, cuando se aceleró en forma exponencial la violencia en el país ligada al crimen organizado): las organizaciones de narcotraficantes demandaban cada vez más poder de fuego y compraban ya no el armamento tradicional, sino sobre todo equipo tipo militar, incluidas granadas y armas antitanque ligeras. También rifles de gruesos calibres no convencionales, como el Barrett calibre .50, rifles de asalto AK 47 calibre .62 y sus variantes, y las pistolas que en México se conocen como matapolicías, FN 5.57.
Este despacho asegura que del armamento de este tipo confiscado por las policías mexicanas y rastreado por autoridades estadunidenses, 90 por ciento no proviene, como las armas más tradicionales, de Estados Unidos, sino de los arsenales de los ejércitos de Centroamérica. No agrega más detalles ni precisa de qué países.
En cambio, de las armas convencionales que se habían logrado identificar y rastrear, se podía determinar que 90 por ciento sí habían cruzado en forma de contrabando por la frontera norte de México.
Otro cable posterior (10MEXICO77), que reseña la conferencia bilateral sobre tráfico de armas de octubre de 2009, en Tapachula, responsabiliza al gobierno mexicano y a sus débiles controles de la frontera sur por los problemas crecientes con el contrabando de armas y la migración ilegal procedentes de Centroamérica.
En este encuentro, en el que también participaron representantes de la policía nacional de Belice y de la procuraduría de Guatemala, se programaron visitas de observación a tres puntos fronterizos, entre ellos Talismán y Ciudad Hidalgo. Por lo visto y oído en ese acto, el entonces ministro consejero John Feeley, que hoy actúa como representante interino en la embajada, destacó la dramática evidencia de las carencias que tiene la frontera sur mexicana. Entre otros detalles, y sin considerar la asimetría existente entre las dos realidades, destaca la siguiente cifra: mientras la Patrulla Fronteriza estadunidense vigila con más de 30 mil elementos los 3 mil 926 kilómetros de la frontera México-Estados Unidos, sólo hay 125 funcionarios de Migración monitoreando los 929 kilómetros de la frontera México-Guatemala.
Versiones de tres encuentros
Ese año –2009– México y Estados Unidos celebraron tres reuniones bilaterales sobre tráfico de armas. Fueron encuentros cerrados a la prensa, primero en Cuernavaca, luego en Phoenix y finalmente en Tapachula. Nada trascendió de lo que se trató y acordó. Desde entonces, si acaso hubo reuniones de seguimiento, han sido secretas y no se ha informado públicamente sobre ellas.
Ya desde la reunión de Cuernavaca, en marzo, las autoridades mexicanas habían calificado el sistema digital E-Trace, aplicado por el gobierno estadunidense como único mecanismo de control, de insuficiente, ya que sólo arroja in- formación sobre la primera compra del arma rastreada, cuando este tipo de armamento es revendido varias veces.
En esa conferencia se acordó la creación del mecanismo GC Armas (ver cable 09MEXICO3108), grupo de trabajo sobre tráfico de armas que sustituyó las instituciones que existían. Este equipo bilateral debía fijar directrices y mandos para confiscar, rastrear y almacenar armas vinculadas con delitos del crimen organizado.
Dice el despacho que el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia, de la PGR, era responsable de esa tarea, pero no comparte su información ni con las demás agencias mexicanas ni con el gobierno de Estados Unidos.
Agrega: algunos funcionarios estadonidenses sospechan que los mexicanos dijeron que sí apoyarían la iniciativa de crear una base de datos compartida porque entienden que de este modo no tendrán que implicarse en un nivel de mayor cooperación y así podrán, simplemente, crear la ilusión de que sí comparten.
Entre otros acuerdos en Cuernavaca, el cable cita la disposición de la ATF de desarrollar una versión en español del programa digital E-Trace y la decisión de crear además un portal informático, llamado Armas cruzadas, para facilitar el intercambio de información entre los dos gobiernos.
El segundo encuentro de Phoenix, del 22 al 26 de septiembre, fue preparado por el embajador Carlos Pascual (quien renunció recientemente al cargo) e incluyó tours para los mexicanos asistentes a las tiendas y exposiciones de armas, con el fin de que conocieran de primera mano dos candados de seguridad que tienen esas operaciones de compraventa. Se programaron visitas a los campos de tiro e incluso una demostración de tiro.
En los salones de clase –dice el despacho redactado en tono paternal, aun cuando se trata de la reseña de un encuentro binacional entre gobiernos– los participantes pudieron aprender cómo los funcionarios estadunidenses detectan a los compradores prestanombres.”
El principal resultado de este encuentro fue, según Pascual, que abrió los ojos a las dos partes sobre la inmensa cantidad de trabajo que aún queda por delante para abatir el tráfico de armas.