El Tribunal Latinoamericano del Agua celebró en esta ciudad el foro sobre 'Los sistemas hídricos en Santa Rosa de Copán, sustentabilidad o desastre', que fue coordinado por el director del tribunal, Javier Bogantes, y Ricardo Valverde, de la comisión científica técnica del tribunal.
El primer tema desarrollado en la jornada se enfocó en los efectos de la actividad minera en la calidad de los sistemas hídricos, analizando específicamente el caso de la minera de San Andrés, Copán, donde Francisco Machado Leiva expuso cronológicamente lo daños que se han generado con la presencia de la minera en esta zona y evidenciando las descargas que se han realizado por la empresa al río Lara. 'Se han producido serios daños al ambiente que ahora no permiten vida acuática en este río y la mayor preocupación que éste es un afluente del río Higuito de donde se abastece de agua Santa Rosa de Copán', manifestó.
Responsable
Germán Padilla, en su condición de representante de la compañía Minera Yamana Gold de San Andrés, manifestó que ellos trabajan bajo el concepto de la minería responsable. 'Estamos realizando tareas de reforestación, hay un monitoreo y control de calidad en el agua de manera permanente para lograr un efecto positivo en la fauna y flora locales'. Aseveró.
Iglesia
Esta situación provocó la reacción del obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Copán, monseñor Luis Alfonso Santos, quien durante su participación aseguró que las mineras en el país producen mas daños que beneficios. Los pueblos sufren y se debe detener esa destrucción de los recursos. 'Está demostrado que el país no tiene la capacidad técnica para controlar la operación de estas empresas, son muchos los daños que ocasionan y por eso estamos en la lucha para evitar lo que ha pasado en San Andrés y en el valle de Siria, donde las enfermedades están afectando a los pobladores y los pueblos están emigrando por la destrucción'.
Claves
Defomín
Iván Guerrero, asesor técnico de Defomin, manifestó que los monitoreos en las mineras son constantes.
Problemática
Durante los 10 años de existencia del Tribunal Latinoamericano del Agua ha conocido en el 2004 el caso de contaminación al río Lara.