En un fenómeno que hace recordar aquellas pescas milagrosas que se narran en los evangelios, los pescadores artesanales de Puerto Cortés atraparon tal cantidad de peces que quisieron compartir con sus vecinos la generosidad de la naturaleza regalando el pescado.
Leoncio Henríquez, presidente de la Asociación de Pescadores de Puerto Cortés, explicó que se trata de un fenómeno estacional que ocurre todos los años a comienzos del mes de octubre, cuando cantidades inusitadas de peces llegan a las aguas porteñas, permitiendo una abundante pesca.
La mayor abundancia de peces se produjo la noche del miércoles, 3 de octubre. “Muchos peces llegan a desovar a la laguna (de Alvarado) y (los pescadores) que estaban atarrayando, tiraron sus redes y empezaron a salir cargado de producto porque eran miles y miles de peces” los que estaban sacando.
La abundancia de peces era tal que los pescadores quisieron compartirla y empezaron a regalar más bien que vender el pescado. Cualquiera que pasase por el lugar de la pesca podía llevarse gratis a casa su carga de pescado.
 Los pescadores artesanales capturaron más peces de los que podían cargar.
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El dirigente del gremio explica que son las corrientes marinas las que ayudan a traer esa gran cantidad de peces, que en su mayor parte son de la especie llamada corvina, los cuales buscan aguas más cálidas a medida que bajan las temperaturas conforme se acerca el invierno.
Otras especies que recorren un camino similar incluyen al pargo, que aparecen en grandes números y representan una importante fuente de recursos para la industria pesquera local.
La recurrencia del fenómeno ha derivado en una tradición anual entre los porteños.
De acuerdo con Henríquez, los pescadores recogieron entre dos y tres mil libras de pescado en una sola noche.
Sin embargo, el período de abundancia es breve y en el caso de la corvina dura entre dos y tres días, mientras que con el pargo, puede prolongarse durante una semana.
