24/11/2025
01:11 PM

A sus 104 años, doña Santos Portillo aún le canta a la vida

La Encarnación, Ocotepeque, Honduras.

Sus ojos han visto el pasar de miles de amaneceres y, a pesar de ello, su mirada no refleja cansancio, sino alegría e ilusión de seguir con vida y continuar disfrutando al lado de una extensa familia.

Doña María Santos Portillo cumplirá 105 años el próximo primero de noviembre, pero su avanzada edad no la limita para llevar una vida tranquila y gozar de salud, pues no padece ninguna enfermedad.

Durante toda su vida ha vivido en la misma vivienda ubicada en la aldea Las Flores, en el municipio de La Encarnación, Ocotepeque.

A diario, María Santos se levanta a las 5:00 am a bañarse y aunque camina con dificultad, en la cocina siempre toma una taza de café de palo que elaboran sus hijas, quienes la cuidan y viven con ella.

Nunca aprendió a leer, pues dedicó su vida a los oficios domésticos; sin embargo, sus hijas dan testimonio que su madre fue una mujer prudente, educada y buena esposa.

Vivir más de un siglo ha sido difícil para la señora. Su esposo murió hace más de 40 años, y a lo largo de su vida ha tenido que ver fallecer a sus parientes más cercanos, amistades y conocidos.

A pesar de sufrir la pérdida de personas a quienes amó, como su esposo, doña Santos logró reponerse y dio sustento a sus seis hijas.

Foto: La Prensa

Doña Santos Portillo y una de sus hijas.
El secreto

Estadísticas en Honduras establecen que la esperanza de vida promedio de una persona es de 73. 8 años, por lo que superar esa cifra con más de tres décadas hace de Santos una mujer especial. Al preguntarle cómo se logra vivir por más de un siglo, la señora con voz suave respondió que se trata de vivir sano y disfrutar.

La abuelita recordó cómo durante su juventud asistió a bailes y fiestas, pues su pasión siempre fue la música, sobre todo la que suena con el acordeón.

Además, sus hijas, quienes ahora cocinan la comida para su progenitora indicaron que su dieta, igual que en las zonas rurales del país, siempre se sustentó de carnes, frijoles, lácteos y maíz.

Cantos

Reunidos en la vivienda de Santos, cuatro de sus hijas, algunos nietos y dos tataranietos, aseguraron que la longeva aprovecha a cantarles o declamar poemas y bombas cuando están reunidos.

“Ahora ya no hay quién cante los parabienes de los novios, ya nadie se sabe esas canciones. Quise cantar una vez, pero estaba ronca y no pude” contó. Agregó que le gusta cantar, “aunque he olvidado el tono de las canciones, así las canto siempre porque estoy feliz que hayan venido a ver a su viejita”.

Sus parientes cercanos contaron que fue una militante del Partido Nacional y que desde que pudo ejercer el sufragio, lo hizo sin condición.