26/04/2024
12:56 AM

'No estoy matriculado con nadie”: Renato Álvarez

En el Relato Urbano de hoy, el reconocido y exitoso periodista habla sobre su vida, sus ideologías, éxitos, fracasos y más.

Luego de terminar sus estudios secundarios, Renato Álvarez anduvo rondando el edificio de Radio América para conseguir trabajo como reportero, sin más referencia que ser un fiel oyente de los noticieros de esa emisora capitalina. No se atrevía a entrar, “esperaba encontrar a alguien que me echara una mano, pese a que no conocía a nadie”, recuerda Alvarez, quien ahora es un reconocido periodista de la televisión que maneja el difícil arte de moderar debates.

Después de un segundo intento se encontró con Rodrigo Wong Arévalo, por ese tiempo director de los noticieros de Radio América, quien lo miró extrañado porque sin ninguna experiencia, aquel muchacho de 17 años quería ser periodista radial.

¿Cómo querés entrar a la radio si no tenés ni grabadora?, le dijo Wong Arévalo, ahora empresario de las comunicaciones. No obstante lo citó para el lunes, talvez creyendo que no volvería; pero allí estaba puntual. “¿Qué querés hacer?”, le preguntó y aunque Renato le expresó su deseo de trabajar en noticias generales, lo mandó a probarse al departamento de Deportes. “A la semana ya tenía grabadora”.

Después de veinte años en la radio saltó a la televisión. Ahora es coordinador del programa de debates Frente a Frente de la Corporación Televicentro y director del telenoticiero TN5.

Entre el radio y las cacerolas

Desde que tenía cinco años de edad su padre lo levantaba muy de mañana para que escuchara los noticieros radiales, por eso se había hecho admirador de aquellas voces que salían de su aparato receptor.

Cuando no estaba en la escuela, ni pegado a la radio, ayudaba a su madre en la cocina. “Ella me enseñó a hacer arroz y me ponía a batir la leche y los huevos, porque también hacía pasteles, pero no era tan exigente como mi padre”, dice.

“No soy un gran cocinero, pero desde hace quince años yo hago el almuerzo a mis hijos. Lo que no consiento es que mi esposa me obligue a hacerlo, porque cuando la cocina se convierte en una obligación, deja de ser un entretenimiento”.

El periodista, quien se califica como un “hombre casero”, dice que ni el cine, ni el fútbol lo relajan tanto como la cocina.

El fútbol más bien lo pone tenso, a tal grado que no puede estar sentado frente al televisor los 90 minutos que dura un partido. “Mejor me voy a dar vueltas por la ciudad en mi carro mientras termina, para preguntar después por los resultados”, expresa Renato Alvarez, “un histórico motagüense”.

Disculpas por sus errores

Admite que 33 años en el periodismo le han dejado muchas satisfacciones, pero también frustraciones y ratos amargos a causa de sus errores. “He cometido errores de ligereza a pesar de mis años de experiencia, por no haber constatado una información, pero también he pedido disculpas a las personas afectadas”, expresó.

Agregó que como cualquier otro periodista se siente frustrado cuando otro medio de comunicación se le adelanta con una primicia informativa.

Sin embargo, su mayor frustración es llegar a una entrevista sin estar debidamente preparado y no poder rebatir a un invitado por no entender la temática. “Ese día no como y me cuesta dormir”.

Por el contrario, siente que el debate es exitoso cuando tiene el control y la contra pregunta oportuna sin hacer al entrevistado sentirse menos. “Cuando el entrevistado se siente arrinconado, se pone triste, amedrentado y cohibido y ya no quiere participar”, dice.

Acepta que a veces habla más de la cuenta durante un debate, pero ello se debe a que algunos invitados no generan crítica. “Es una influencia que traigo desde la radio, pero que debo corregir porque la televisión es más rigurosa”.

Debido a sus posiciones a favor de las causas que él considera justas, Renato Álvarez ha recibido “ofensas groseras y amenazas fuertes, pero debo admitir que por una ofensa que recibo en la calle, tengo cien opiniones de cariño y respeto”.

Considera que desde su tribuna de periodista ha apoyado las luchas y los beneficios del sector sindical y magisterial, “pero cuando fui percibiendo signos de irresponsabilidad profunda, llegué a la conclusión que le estaba haciendo daño al país. Ahora gente de estos sectores que me tildan de traidor, situación que yo rechazo, porque no es traición defender al que invierte y proteger al que trabaja” .

Renato, que se muestra un crítico del “capitalismo salvaje” y defensor de la libre empresa, afirma que no comparte las posiciones de la llamada resistencia, ya que “sigue en las calles sólo porque perdió privilegios económicos que tenía con el gobierno de (Manuel) Zelaya”.

Recordó que después del 28 de junio del 2009 quedó gente del sector popular con mucha aversión hacia él, porque “creían que yo estaba matriculado con ellos y no estoy matriculado con nadie”. Sin embargo, son pocos los dirigentes de la llamada izquierda, que se niegan a darle una entrevista.

Lamentó que en el continente se haya pervertido tanto el cargo de presidente, que todo mundo quiere ostentarlo sin tener cualidades para ello.

“Incluso, algunos grupos económicos y hasta el crimen organizado apoyan con dinero candidaturas a cargos de elección para tener a alguien en el poder que defienda sus intereses económicos”.

Indicó que las convicciones sociales que tiene desde niño no se la cambian ni los presidentes del país que lo han invitado a desayunar y a cenar en Casa Presidencial.

Tanto mandatarios liberales como nacionalistas le han pedido que los acompañe a platicar alrededor de un desayuno o de una cena, pero “cuando veían que no cambiaba mi posición crítica ante sus desaciertos, no me volvían a invitar”.

El paso de la radio a la televisión


Renato Alvarez había llegado de su pueblo El Porvenir, Francisco Morazán, con cincuenta lempiras en la bolsa que le dio su padre, dispuesto a colocarse en la radio después de haberse graduado de bachiller en el Instituto Central Vicente Cáceres de Tegucigalpa.

Dos años después de haber comenzado a trabajar como cronista deportivo en Radio América le dieron la oportunidad de comentar los partidos de la hexagonal previa a la clasificación de Honduras al mundial del 82.

Eventualmente trabajaba como sustituto de Edgardo “Escopeta” Vallejo en el noticiero El Minuto, de Radio América, hasta que logró consagrarse como periodista de noticias generales y graduarse de comunicador.

Veinte años tenía de trabajar en Radio América cuando recibió una oferta tentadora del Canal 63 de Telenisa, que no podía despreciar.

“Me pagaban el equivalente de mis prestaciones y un cien por ciento de incremento salarial. Tuve que irme porque ya era tiempo de hacerlo, pese a la consideración que me tenía don Miguel Andonie Fernández”.En Telenisa tuvo una muy buena experiencia, pero por discrepancias con los ejecutivos de la empresa tuvo que retirarse, según dijo. En el 2004, el periodista enfrentó un juicio por difamación y calumnia promovido por un político y ex diputado. Estuvo un año y medio fuera de los medios de comunicación, después de lo cual el señor Rafael Ferrari lo mandó a llamar para platicar, y finalmente lo contrató para Televicentro.