La destrucción del bosque continúa avanzando sin control en una de las áreas naturales más emblemáticas de Honduras, la Biósfera del Río Plátano.
La deforestación, impulsada en gran parte por la tala ilegal, se concentra principalmente en los municipios de Wampusirpi, Ahuás y Brus Laguna, en el departamento de Gracias a Dios, donde ya se han perdido al menos 51 hectáreas de selva tropical.
En respuesta a esta situación, el Instituto de Conservación Forestal (ICF), con apoyo del Primer Batallón de Protección Ambiental, desplegó equipos de patrullaje en distintos puntos del área cultural de la reserva. El objetivo fue documentar el daño ambiental y ejercer vigilancia en una zona que es Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Durante las inspecciones, las brigadas forestales verificaron 15 alertas por deforestación. En total, se constató la destrucción de 51 hectáreas de bosque latifoliado. Además, se decomisaron 133 pies tablares de madera de cedro macho, extraídos de manera ilegal de la reserva.
La expedición también permitió identificar varios senderos que, según los equipos en campo, estarían siendo utilizados como rutas clandestinas para el tráfico de madera preciosa.
En sectores de Brus Laguna se hallaron múltiples rastros de tala reciente, lo que revela la magnitud del problema en zonas de difícil acceso. A pesar de la evidencia recolectada, no se informó sobre la detención de personas vinculadas a estas actividades ilícitas.
El ICF anunció que elaborará dictámenes técnicos para establecer medidas que ayuden a frenar la devastación y proteger esta zona de vital importancia ecológica. "Se procederá a elaborar los dictámenes técnicos correspondientes", señalaron desde la institución.