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El heroico rescate de los sobrevivientes misquitos del Waly

  • 28 julio 2019 /

A casi un mes de la mayor tragedia marítima en el país, la tripulación del águila de hierro recuerda con dolor esa odisea en el caribe.

LA CEIBA.

Los héroes del Águila de Hierro (Iron Eagle) regresaron a tierra firme trayendo en sus memorias hazañas, pero también dolor y tristeza. Ellos rescataron con vida a los 48 marinos que quedaron a la deriva en el mar Caribe tras el hundimiento del Capitán Waly que dejó, según cifras oficiales, 27 buzos de La Mosquitia ahogados y seis desaparecidos este 3 de julio.

A un mes de esta tragedia, la tripulación del Iron Eagle no olvida esa experiencia de dolor y terror de aquella mañana del miércoles de 3 de julio en que los bancos de pesca del Caribe olían a muerte.

El barco langostero Capitán Waly se hundió con unas 80 personas a bordo a eso de las 1:00 am. “Nos levantamos a las cinco de la mañana, y miramos un cayuco a lo largo, pero pensamos que era una lancha de los que trabajan en los cayos. Cuando dejábamos el primer grupo de buzos llegaron los del cayuco y nos pidieron auxilio”, relató a LA PRENSA Willy Henríquez, capitán del Iron Eagle, y quien tomó las dramáticas fotografías de la mayor tragedia marítima en Honduras.

Foto: La Prensa

El capitán del barco Iron Eagle, Willy Henríquez.
Henríquez ordenó suspender las faenas, dejando solo a un grupo de sus buzos en el mar. “ Y empezamos de inmediato a la búsqueda del barco porque no se miraba. Navegamos unas ocho millas y lo encontramos. El Waly ya estaba dado vuelta con unas 20 personas encima de su casco”, comentó todavía asombrado. “ Empezamos a rescatar a las personas que estaban flotando, en cayucos, rampas y en el barco, y después me regresé por los buzos que tenía en el agua. Cuando volvimos al lugar el barco ya se había hundido”.

Pesadilla. La búsqueda y rescate se inició a las 6:00 am y terminó a las 11:00 am. “Yo estuve llamando, y no pude comunicarme con nadie, nadie salía al aire”, relató este hombre del mar, quien no olvida ese silencio absoluto en las ondas de radio ante su desesperado llamado, por lo que tenía frente a sus ojos y por estar a la suerte de un mar traicionero.

Logré ubicar un barco nasero que andaba satelital (teléfono), y por su medio ubicamos a otras personas. De ahí me empezaron a contestar el radio, y fue el barco Lady Alda que estaba más cerca de los cayos misquitos, y dio el informe, porque ellos ya estaban en otro rescate. Ellos avisaron a la Naval a eso de las 2:00 pm, y fue cuando todo mundo se empezó a dar cuenta de la tragedia”, agregó.

Foto: La Prensa

El Águila de Hierro regresó de los bancos de pesca al puerto de La Ceiba.
Mientras las comunicaciones con tierra firme por ondas marinas y satelitales pedían detalles de los sucedido y coordinaban el rescate, los cuerpos iban apareciendo, y en cada segundo la cifra de ahogados iba sumando.

Con esto se esfumaba la esperanza de los buzos del Iron Eagle de encontrar más sobrevivientes. “Todo cambió cuando empezamos a sacar los cuerpos del fondo, que fueron 28. El barco estaba hundido a unos 40 pies”. Eran las 9:00 am y la cubierta del Águila de Hierro pronto se convirtió en una sala mortuoria.

Datos
150 millas náuticas al noreste de Puerto Lempira naufragó el Capitán Waly, dos días después de haber zarpado.
6 buzos desaparecidos dejó el hundimiento de Waly. Las autoridades navales suspendieron las búsqueda días después.
Naufragio. Dos horas antes del hundimiento del Capitán Waly, el barco Francelia se dio vuelta con 40 buzos, los que fueron rescatados con vida.
Reposaban.La mayoría de los buzos no tenían puestos sus salvavidas debido a que dormían en sus camarotes y hamacas cuando fueron sorprendidos.
Los 28 cuerpos, unos sin camisas y todos con pantalones cortos, fueron ordenados y puestos boca arriba. No había espacio en la plataforma, vivos y muertos estaban hacinados. En medio de aquel momento doloroso y hasta apocalíptico, los sobrevivientes y la tripulación se consolaban con la llegada de los navales para su rescate. “Nunca habíamos visto algo así”, recuerda impresionado el capitán.

Todo ese día los cuerpos estuvieron por más de 12 horas en una vela inconsolable en alta mar.

Eran pocos los que tenían fuerzas para convivir con esa escena ante sus pies. En el Iron Eagle se lloró. El dolor y la impotencia eran compartidos por todos a bordo en aquella soledad infinita, que por momentos opacó la brisa marina que horas antes orientó a sus buzos a ubicar los cadáveres.

Algunos cuerpos los encontramos a unas dos millas del Waly, la corriente se los había llevado en línea, por eso los hallamos”, recuerda Henríquez, quien siempre se mantuvo fuerte al timón a pesar de la amenaza que persistía por la sobrecarga de los muertos y sobrevivientes.

La mayoría de los muertos tenían golpes, tenían varias horas de andar bajo el agua. Recuperamos 28 cadáveres y rescatamos a 48 sobrevivientes”, aseguró.

El guardacosta de la Base Naval de Honduras llegó a las 9:00 pm al punto adonde estaban, y fue hasta la 1:00 am del 4 de julio que se llevaron todos los cuerpos y después los sobrevivientes a Puerto Lempira.

Industria produce $60 millones
La pesca de langosta se inició el 1 de julio luego de una veda de cuatro meses que oficializan los países de Centroamérica y el Caribe para proteger las especies marinas. La flota hondureña ya culminó la semana anterior su primera salida a los bancos de pesca.
La pesca industrial de langosta le deja unos 60 millones de dólares en divisas al país. Esta industria ofrece unos cinco mil empleos en Islas de la Bahía, Gracias a Dios, Atlántida y Colón. La zona de La Mosquitia es la que aporta la mayoría de buzos para la pesca.
Lejos de la hazaña, muchos buzos misquitos quedaron traumados de ver a sus compañeros sin vida flotando en el mar, ya que pensaron que pudieron haber sido ellos, pues el buceo es las única opción que les permite a los misquitos una mejor oportunidad económica.

Seis buzos participaron en la recuperación de los cuerpos, el resto no quiso involucrarse por el olor a muerte que navegada con ellos.

Héroes. El Águila de Hierro atracó el sábado pasado en el puerto de cabotaje de La Ceiba. Fueron recibidos como héroes por algunos marineros y capitanes.

Gracias a Dios que nos utilizó para salvar a estas personas. Si nosotros no hubiéramos llegado a esa hora, las 20 a 30 personas que estaban encima del barco pidiendo auxilio hubieran muerto también”, dijo el marinero originario de Puerto Lempira. “Gracias a Dios que nos dio la valentía para poder ayudar a las personas con vida y recuperar a las que estaban muertas en el fondo”, expresó Héctor Daniel Alvarado, segundo al mando de la tripulación del Iron Eagle.

Mantener la calma era otra tarea que se sumaba a las labores de rescate, “cuando los marinos empezaron a subir a los sobrevivientes, el barco se iba de lado, entonces teníamos que estar diciéndoles que se movieran al otro lado para mantener el equilibrio”, recordó Alvarado sobre la mayor tragedia en altar mar en Honduras.

Aún no hay un informe oficial de los dos naufragios
LA CEIBA. Las labores de búsqueda y rescate de la Base Naval de Honduras culminaron sin poder encontrar los cuerpos de los seis buzos misquitos desaparecidos en el naufragio del Capitán Waly, que dejó a 27 muertos y medio de centenar de sobrevivientes en el mar Caribe.

La Naval hondureña trasladó los cadáveres de los buzos y sobrevivientes desde los bancos de pesca a la Base Naval de Caratasca el 4 de julio, un día después del trágico suceso.

El capitán de navío José Domingo Meza, portavoz de las Fuerzas Armadas, confirmó que fueron 27 los ahogados, seis desaparecidos y 55 rescatados en el hundimiento del barco langostero Waly.
Horas antes de esta tragedia, la embarcación Miss Francely naufragó con 48 buzos a bordo, pero ninguno perdió la vida, fueron rescatados por otras naves pesqueras y navales.

“Quedó pendiente el resultado de la investigación de la Dirección de la Marina Mercante de los dos naufragios Miss Francely y Capitán Waly. Ellos dijeron que iban a informar posteriormente”, agregó el portavoz militar.