19/04/2024
10:14 AM

'Es mejor regresarse, hay mucho desorden”: migrante hondureño

Centenares de hondureños de la caravana han optado por retornar al país, debido a las duras condiciones que imperan a pocos metros de la frontera con México.

    Ciudad Hidalgo.

    Autoridades mexicanas abrieron ayer su frontera para dejar pasar a mujeres y niños que integran la caravana de migrantes procedente de Honduras, buscando aliviar la dura espera a las cientos de personas hacinadas sobre el puente que une México con Guatemala.

    El embajador de México en Guatemala, Luis Manuel López, dijo a la AFP que estas personas serán registradas por Migraciones de México y pernoctarán en una estación migratoria para ser conducidas luego a un albergue en la ciudad de Tapachula, a unos 40 kilómetros de Ciudad Hidalgo.

    “¡Feliz, feliz, estoy feliz! ¡Al fin!”, alcanzó a gritar Gina Paola Montes (de 21 años) mientras corría por el paso peatonal del puente fronterizo ya en territorio mexicano, el cual es custodiado por policías antimotines.

    Montes es parte del primer grupo de migrantes al que se le permitió cruzar la puerta fronteriza.



    Entre la emoción y el cansancio, una de las mujeres se desmayó provocando la preocupación y el llanto de los familiares que viajan con ella, observaron periodistas de la AFP. “Salí de una pesadilla”, agregó Montes a la AFP refiriéndose al improvisado campamento que habían instalado sobre el puente a la espera de cruzar la frontera a México.

    Pero una vez dentro de territorio mexicano, la incertidumbre se renueva. Eva Hernández, una activista hondureña de 42 años, dice que la promesa es que recibirán permiso de refugiados y un lugar seguro adonde quedarse.

    “Más vale que encontremos ese albergue hoy”, advirtió la mujer desde los barrotes de la reja fronteriza.

    La oficina migratoria está unos 200 metros del puente internacional.

    “Nos tienen con una doble esperanza: de darnos un permiso para poder movernos en Tapachula o de deportarnos; ahí solo Dios sabe, entonces tenemos esperanza y desilusión al mismo tiempo”, dice Montes dejando atrás su entusiasmo inicial.


    Sobre el puente

    Los migrantes que permanecen sobre el puente, detrás del portón fronterizo, aún padecen calor y hambre que atizan su desesperación.

    Más temprano corrieron rumores de que un grupo intentaría entrar por la fuerza a la zona mexicana, repitiendo el episodio del viernes, cuando la Policía contuvo con gases lacrimógenos y balas de goma una estampida de personas procedentes de la frontera con Guatemala.

    La multitud trata de organizarse para evitar desmanes, con algunos jóvenes formando vallas humanas para impedir una nueva estampida. “¡El pueblo unido jamás será vencido!”, gritan para animarse.



    Otros lograron abrir una valla lateral metálica del puente y con sogas suben sacos con naranjas y otros alimentos, sobre todo para los niños, en desafío a la altura y la corriente del río Suchiate.

    En algunos espacios del puente, la basura y ropa sucia se acumula asediada por las moscas.

    La primera noche de espera sobre el puente internacional transcurrió entre sobresaltos para los miles de centroamericanos hacinados cerca de la reja fronteriza.



    Por el río

    Mientras varios miles esperan encerrados en el puente, otros hondureños deciden cruzar a pie y en balsa el Suchiate.

    Las personas, agarradas a un lazo o sobre estas embarcaciones formadas por neumáticos y tablas, continúan con la caravana sobre el agua, según pudo observar EFE, debido a la desesperación que reina en el ambiente porque la Policía mexicana solo ha dejado pasar a pequeños grupos a su territorio.

    “Tienen una promesa de que nos van a dar una visa, pero están ahí (en el puente) desde el viernes y no nos han dado nada. Esperamos que la gente que está en el puente logre pasar a través de balsas”, dijo Axel Benítez, un hondureño de 22 años que cruzó el río en una de las embarcaciones.



    Regresar

    Ante la incertidumbre, algunos grupos de centroamericanos que estaban en la zona céntrica de la localidad guatemalteca de Tecún Umán optaron por regresar a su país en autobuses proporcionados por el Gobierno, constató la AFP.

    El éxodo ha sido fuertemente criticado por el presidente estadounidense, Donald Trump, quien ha amenazado a Guatemala, Honduras y El Salvador con quitarles la ayuda financiera si no contienen la migración ilegal.

    Los hondureños salieron en caravana hace una semana de la ciudad de San Pedro Sula tras una convocatoria publicada en redes sociales.

    “Es mejor regresarse, está muy duro, hay mucho desorden”, dijo a la AFP Byron Rivera (de 25 años), quien esperaba subir a un autobús.

    Durante el trayecto, los hondureños pasaron largas jornadas de caminata bajo intenso sol y torrenciales lluvias.

    Pero también han encontrado solidaridad en la población guatemalteca que les dio alimentos, agua y refugio en albergues.

    Muerto

    Lejos de la frontera, en el sur de Guatemala, murió un hondureño que intentaba sumarse a la caravana.

    “Nos hemos enterado del fallecimiento de un hondureño en el kilómetro 30 de la carretera al Pacífico”, en el sur de Guatemala, dijo el mandatario Jimmy Morales junto a su par de Honduras, Juan Orlando Hernández, en una conferencia de prensa.

    Explicó que un guatemalteco solidario subió en la parte trasera de un pick up a un grupo de hondureños, pero lamentablemente uno de ellos cayó y pereció al instante.