Con unos 120 muertos diarios en octubre, la violencia batió récords en Irak, cuyo primer ministro se dispone a reunirse con el presidente de Estados Unidos, un nuevo paso de una ofensiva diplomática para restablecer la seguridad en la que ya se han implicado Siria e Irán.
Ayer otras 37 personas perdieron la vida en ataques en Irak, de las cuales 12 murieron en Baaquba, un bastión de la insurrección al norte de Bagdad.
Un informe alarmante de Naciones Unidas reveló el miércoles que la cantidad de civiles muertos en Irak en un mes alcanzó una máxima en octubre, con mas de tres mil víctimas, un deterioro que atribuye a la violencia confesional.
Este récord, que representa un promedio de 120 muertos diarios, es una señal de la incapacidad de las fuerzas de seguridad iraquíes y estadounidenses para acotar la violencia.
Ejecuciones
“Decenas de cuerpos de personas con signos aparentes de haber sido ejecutadas, maniatadas, con los ojos vendados y con señales de haber sido torturadas siguen apareciendo en diferentes zonas de Bagdad”, recalca el informe.
El jefe del gobierno iraquí, Nuri al Maliki, se reunirá con el presidente estadounidense, George Bush, los días 29 y 30 de noviembre en Jordania para abordar de nuevo “el establecimiento de la seguridad y la estabilidad en Irak”, según un comunicado conjunto.
Los dos dirigentes conversarán sobre “el progreso realizado hasta la fecha” con la perspectiva de traspasar las competencias de seguridad a los iraquíes, así como del papel que pueden desempeñar los países vecinos para el restablecimiento de la estabilidad, agrega.
Control
En este sentido, la ministra de Relaciones Exteriores británica, Margaret Beckett, afirmó que las tropas de su país podrían traspasar el control de la provincia meridional de Basora a las fuerzas del orden iraquíes en el segundo trimestre del próximo año.
La mayoría de los 7 mil 200 militares británicos destacados en Irak se encuentran acantonados en esta región, situada a 550 km al sur de Bagdad.
La reunión entre Maliki y Bush, la tercera en menos de seis meses, se celebrará con un trasfondo político dramáticamente alterado.
En Estados Unidos, la victoria de los demócratas en las elecciones legislativas del 7 de noviembre trajo consigo la llegada de un nuevo equipo al Pentágono.
Al mismo tiempo, las autoridades iraquíes se acercaron a Siria e Irán, dos países vecinos muy criticados por Washington, que los acusa de fomentar la violencia en territorio iraquí.
Siria e Irak reanudaron sus relaciones diplomáticas, interrumpidas desde hacía más de 25 años, tras la visita del canciller sirio Walid Muallem a Bagdad.