¡Se acabaron las vacaciones!, es hora de volver a la escuela o al trabajo y seguramente esto te genera cierta inconformidad.
"Ojalá estuviera en un yate sin preocupaciones", "me encantaría disfrutar sin pensar en cuanto puedo gastar", "espero que algún día todos mis lunes se sientan como sábado", son algunas de las frases más comunes que escuchamos en el trabajo al volver de una jornada de descanso.
Y es que sí, a todos nos encantaría tener la solvencia económica para estar de vacaciones más seguido, pero hay que adaptarnos a la realidad y es que para conseguirlo, tenemos que trabajar.
El síndrome postvacacional, o depresión postvacacional, es un sentimiento de malestar y tristeza que surge al regresar a la rutina después de las vacaciones, en este caso, luego de la Semana Santa.
Se manifiesta principalmente en personas que experimentan un cambio drástico de rutina, como aquellos que pasan de un periodo de descanso a un entorno laboral o escolar exigente.
Para superarlo, la psicóloga Katherin Pineda explica que es importante planificar la vuelta gradualmente y mantener una actitud positiva al reanudar actividades.
Los síntomas de este estado mental se identifican por: cansancio generalizado, dolor muscular, alteraciones del sueño y del apetito. Además de ir acompañado de falta de motivación, tristeza e irritabilidad.
"Suele durar de 2 a 3 días a un máximo de 21 días hasta que la persona se vuelve adaptar a su nueva realidad. Cuando el malestar persiste en el tiempo puede generar trastornos de ansiedad y/o depresión", explica la psicóloga.
Diferentes estudios señalan que entre un 25 y un 30% de los trabajadores van a padecer este síndrome post-vacacional.
Desde nuestro punto de vista este problema sólo existe si lo piensas y lo seguimos difundiendo y hablando al inicio de cada curso laboral. Las palabras crean realidades así que deberíamos ir con cuidado en querer patologizar naturales procesos adaptativos.
¿Quiénes lo sufren?
- Personas con cambios drásticos de rutina: Aquellas que pasan de un periodo de descanso a un entorno laboral o escolar con horarios y responsabilidades estrictas.
- Personas que experimentan un periodo de desconexión: Aquellas que se desconectan completamente de la rutina laboral o escolar durante las vacaciones y luego tienen dificultades para volver a ella.
- Personas con expectativas poco realistas sobre las vacaciones: Aquellas que esperan que las vacaciones sean un paraíso perfecto y luego se decepcionan al volver a la realidad.
¿Cómo superarlo?
1. Planificar la vuelta gradualmente:
Empiece por pequeños cambios. Reanude las actividades habituales de forma suave, sin intentar hacer todo a la vez.
2. Mantener una actitud positiva:
Debe centrarse en los aspectos positivos de la vuelta a la rutina, como el reencontrarse con compañeros y amigos o retomar proyectos importante. Buscar actividades que ayuden a reducir el estrés y la ansiedad, como el ejercicio físico o el tiempo libre.
3. Cidar la salud mental:
Mantener una buena alimentación y hábitos saludables. Buscar ayuda profesional si los síntomas son intensos o persistentes.
4. Organizarse:
La experta recomienda realizar una lista de tareas y tacharlas a medida que se completan, así como ser optimista y mantener una actitud positiva, permitirse llorar o expresar emociones negativas, dedicar tiempo a la planificación y organización y buscar el apoyo de familiares, amigos o compañeros de trabajo.
5. Buscar ayuda:
Si los síntomas persisten o se intensifican, es importante buscar ayuda profesional. Un psicólogo puede ayudar a desarrollar estrategias para afrontar la crisis postvacacional y mejorar el bienestar emocional.
