Los reyes iban de luto riguroso y estaban acompañados por el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y el embajador de España en Londres, José Pascual Marco. Tras pasar unos tres minutos en la capilla ardiente, don Felipe y doña Letizia se retiraron, mientras cientos de ciudadanos seguían desfilando ordenadamente ante el féretro para rendir tributo a la soberana, fallecida el pasado 8 de septiembre a los 96 años.