“Es una confabulación entre el comisionado Horacio Rocha, el paramilitar y alcalde Leonidas Centeno y el sacerdote Rafael Ríos. Ellos tres siempre andaban detrás de la cabeza del obispo Herrera”, dijo, por su lado, la investigadora nicaragüense exiliada Martha Patricia Molina, autora del estudio ‘Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?’.