El Gobierno de China reveló un plan de desarrollo urbano que pretende concluir en en 2020.
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La obsesión china por mantener una tasa de crecimiento elevada, llevó a la gran potencia a la construcción de nuevas ciudades pensadas para generar mano de obra y ofrecer vivienda, oficinas y comercios a millones de familias.
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Sin embargo, algo falló en la planificación y un sinnúmero de ellas se han convertido en ciudades fantasmas que permanecen vacías de ciudadanos.
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Foto: La Prensa
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Resolver esta burbuja habitacional sigue siendo una preocupación oficial ya que sus efectos trascienden las fronteras del país y contribuyen a adelgazar la demanda externa.
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Estas inmensas urbes desiertas, desoladas, poco atractivas y vacías de servicios, desestimulan a cualquiera que cuente con los 70.000 a 100.000 dólares que es el precio promedio de una unidad habitacional.