Bipolaridad infantil: extremos cambios de humor que afectan su desarrollo
Los cambios del estado de ánimo pueden afectar la forma en que un niño piensa, siente y se comporta, puede ser muy tranquilo hasta muy violento o triste de un momento para otro. Aprenda a detectarlo y cómo manejarlo.
- 18 octubre 2024 /
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1 / 11El trastorno bipolar en menores es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por cambios extremos en el estado emocional, que incluyen episodios de manía (o hipomanía) y depresión. Estos cambios pueden afectar la forma en que un niño piensa, siente y se comporta, impactando su vida diaria, sus relaciones y su rendimiento escolar. El criterio de tiempo para la fase de manía es más de una semana; para la fase de hipomanía, más de cuatro días, y para la fase depresiva son dos semanas.
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2 / 11Claves para entender el trastorno:
1. Cambios de ánimo extremos: Los menores con trastorno bipolar pueden experimentar cambios de ánimo que van desde la euforia y la energía excesiva (manía) hasta la tristeza profunda y la desesperanza (depresión).
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3 / 112. Episodios: Los síntomas pueden presentarse en episodios, donde el niño puede estar bien entre los mismos. La duración y la frecuencia de estos pueden variar.
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4 / 113. Manía e hipomanía: La manía es un estado de ánimo elevado que puede incluir irritabilidad, aumento de la energía, disminución de la necesidad de dormir y comportamientos impulsivos. La hipomanía es una forma menos severa de manía.
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5 / 114. Depresión: Durante los episodios depresivos, el menor puede sentirse triste, fatigado, desinteresado en actividades que antes disfrutaba y puede tener problemas para concentrarse.
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6 / 115. Dificultades en la escuela: Los cambios de ánimo pueden afectar el rendimiento académico y las relaciones con compañeros y maestros.
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7 / 116. Factores genéticos: El trastorno bipolar tiene en algunos casos un componente hereditario, lo que significa que puede ser más común en familias donde hay antecedentes de trastornos del estado de ánimo.
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8 / 117. Diagnóstico profesional: El diagnóstico debe ser realizado por un profesional de la salud mental, quien evaluará los síntomas y su impacto en la vida del niño.
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9 / 118. Tratamiento: El tratamiento incluye terapia psicológica y, en algunos casos medicación. La intervención temprana es clave para ayudar al menor a manejar sus síntomas.
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10 / 119. Apoyo familiar: Es fundamental que la familia esté informada y apoye al niño, creando un entorno estable y comprensivo.
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11 / 1110. Educación y recursos: Conocer más sobre el trastorno bipolar y acceder a recursos puede ayudar a los padres y cuidadores a entender mejor la condición y cómo manejarla.