Para evitar que hablara, los falsos policías militares colocaron cinta adhesiva en la boca al periodista Edwin Josué y lo sacaron de la casa y lo llevaron a la calle principal donde lo asesinaron a balazos.
Mientras que a su padre, Edwin Emilio, lo llevaron raptado hasta la colonia Rafael Leonardo Callejas, donde le dispararon en reiteradas ocasiones hasta quitarle la vida.