Conmoción provocó anoche el hallazgo del cadáver de un joven que tenía esposas en sus muñecas y un rótulo a inmediaciones de la Casa Presidencial.
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El portavoz de la DPI, Cristian Nolasco, manifestó que una de las razones por las que hubo gran despliegue policial fue para averiguar si el crimen se cometió para enviar un mensaje al gobierno en medio del estado de excepción.
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“Era cerca de la Casa Presidencial y queríamos saber si se trataba de algo en contra del gobierno, cualquier poder del Estado o instituciones como la Policía Nacional o el Ejército”, explicó Nolasco.
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Nolasco confirmó que la víctima había sido acribillada en el lugar, pues en el suelo habían varios impactos de bala; además, el joven tenía unas esposas de uso comercial en sus manos y un rótulo dejado por los criminales.
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Pese al gran despliegue policial, las autoridades descartaron que se trataba de un crimen para amedrentar al gobierno.
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El joven respondía al nombre de Brayan Fernando Díaz. Su familia reclamó hoy el cadáver en la morgue de Tegucigalpa.
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Los dolientes dijeron que él era estudiante y al momento de ser raptado andaba visitando a su novia en la colonia Villeda Morales.
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El móvil del crimen aún se desconoce, pero los hechores escribieron “Esto les pasa a los sapos” en un trozo de cartulina.
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Brayan no cargaba su identidad, pero fue identificado gracias a su vestimenta: una sudadera de color negro, un pantalón jeans azul y calcetines blancos .
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De acuerdo con información de la Secretaría de Prensa de la Casa Presidencial, fueron casi 30 disparos los que le propinaron a la víctima, convirtiendo este asesinato en un homicidio con saña por cada una de sus características.