”El Ministerio Público y la jueza del Poder Judicial han aplicado un proceso administrativo y judicial diferenciado y discriminatorio.Se han admitido pruebas y dictámenes en el último minuto del juicio a favor del Ministerio Público sin haber dado acceso previo a la audiencia del juicio a mi defensa, violentando con ello el derecho al debido proceso, el derecho a una defensa oportuna y efectiva y el derecho a proponer prueba. En la misma línea, la jueza descalifica el 100% de las pruebas presentadas para mi defensa bajo argumentos como que el informe pericial de mi defensa carece de metodologías que no describe ni exige la ley o reglamento alguno para estos juicios. También se ha obstaculizado mi derecho a comparecer en juicio por los mecanismos permitidos por la ley, haciéndolos engorrosos e imposibles de cumplir, y finalmente, de manera arbitraria, se han desechado todos los medios de prueba presentados, como decretos, constancias oficiales, acuerdos de nombramiento, que acreditan la legalidad de esos pagos, etc., bajo argumentos no jurídicos o abiertamente arbitrarios”, detalla.