6. Ana Pineda
Aunque no fue electa como magistrada de la Corte Suprema de Justicia, sin duda, su perfil fue elevado. Sus altas calificaciones obtenidas en la Junta Nominadora, el apoyo que recibió de diferentes sectores sociales y, además, ser vista como una persona muy independiente, la catapultó a la cima. No figura como magistrada pero deja un buen aliento a la sociedad como una profesional de altos quilates.