Algo que, en sus propias palabras, no es precisamente lo que sucedió. “El concurso de Miss Universo es un certamen de belleza. He sido jueza del evento en dos ocasiones y las instrucciones que recibimos los jueces es que debemos escoger a la más bella del grupo, a la que cuando entre en un lugar haga voltear todas las miradas. Por supuesto que el saber expresarse y contestar inteligentemente son atributos importantes, pero había un puñado entre las 5 finalistas que reunían todo eso y que, a mi parecer, eran mucho más bonitas”, dijo.