“Lo principal es que estamos en una época en la que se premia la honestidad y se castiga cualquier cosa que se perciba como deshonestidad. Eso llega con los youtubers y la generación del TikTok. Bad Bunny tenía letras supermisóginas, superfuertes. Era un adolescente irresponsable, como fuimos muchos en su momento. Y se ha dejado moldear, se ha vuelto cada vez una persona más responsable”, explica Wilson.