“Cuando llegué el primer día, me entrené con Zlatan Ibrahimovic. Al día siguiente, el día de mi cumpleaños, cuando entré en Carrington, John Murtough (director de fútbol) estaba allí y me dijo que no podía entrar en el vestuario, que el entrenador (José Mourinho) lo había dicho. No hubo advertencia, nada”, relata Bastian Schweinsteiger.