No solamente los mayores deben desarrollar sus habilidades sociales. Es necesario que los niños también comiencen a aprender a edades tempranas qué comportamientos son o no los más adecuados.
Los pequeños suelen ser un fiel reflejo de lo que ven en casa en cuanto a comportamiento y modales; sobre todo en los primeros años que apenas cuentan con otro contacto social que el de sus padres.
Comience desde temprano
Incluso durante los primeros meses de vida del niño los adultos no pueden descuidar sus modales, pues los niños son como esponjas y, aunque de forma inconsciente, imitarán todo lo que hacemos.
Cuando el pequeño empieza a tener una buena coordinación de movimientos y puede tomar cosas con las manos es hora de empezar a enseñarle algo más que “gracias” y “por favor”. Es momento de mostrarle cómo utilizar los cubiertos de forma correcta, a beber del vaso, a utilizar la servilleta, pero con moderación. No lo atosigue.
“Toma la cuchara así”, “no chupes el cuchillo”, “límpiate las manos antes de tomar el vaso” y muchas otras cuestiones que irán saliendo a lo largo de los días y requieren paciencia, pero el resultado merece la pena, pues no tendrá que escuchar la temida frase: “¡Qué niño más maleducado!”.
Consejos básicos
1. Al hablar: Los niños tienden a ser muy “generosos” con su tono de voz, es decir, les gusta chillar y vocear. Hay que enseñarles a no gritar de acera a acera cuando ven a un amigo o no hablar con un tono de voz alto cuando habla con algún adulto.
2. Respeto: Deben aprender a respetar a los mayores tanto en el tratamiento como en cualquier otra acción, como ceder el paso o dirigirse de buena forma a un adulto para preguntarle algo.
3. Civismo: Enséñeles civismo. Lo que hay en la calle es de todos: los bancos, papeleras, fuentes, los juegos en un parque, no se pueden utilizar de mala manera o estropearlos de forma maliciosa.
No deje de recalcar e insistir en las cosas que el niño no hace correctamente. Es por su bien, pues una persona maleducada de mayor tendrá muchas puertas cerradas. Nadie invita o quiere ser amigo de un maleducado.
La buena educación es el pasaporte que le ayudará al niño viajar a lo largo de su vida.