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Quizá, quizás, quién sabe

  • Actualizado: 16 septiembre 2008 /

La verdad es que la lengua tiende a devolvernos muchas palabras y frases que antaño fueron de constante uso. Es tan normal escuchar expresiones como 'quién sabe me den ese trabajo', una idea dubitativa.

    La verdad es que la lengua tiende a devolvernos muchas palabras y frases que antaño fueron de constante uso. Es tan normal escuchar expresiones como 'quién sabe me den ese trabajo', una idea dubitativa.

    Ese 'quién sabe' viene del latín 'qui sapit' que allá por el siglo XIII dio origen al 'quizá' de un español, diríase, embrionario. Veamos estos versos del Cantar de Mio Cid:

    Moros e christianos de mi han grant pauor.

    Ala dentro en Marruecos, o las mezquitas son,

    Que abran de mi salto 'quiçab' alguna noch:

    Ellos lo temen, ca non lo piensso yo.

    Pero como las lenguas mantienen su dinámica, aunque lenta, van dando lugar a otras marcas y es así como ya en el siglo XVI comienza a usarse 'quizás', con el mismo significado de quizá. Pero en la actualidad ambas grafías coexisten sin problemas. Y algo más, después de siete siglos hemos regresado al medieval 'quién sabe si me dan trabajo en esa compañía', percepción dudosa que tiende a ir omitiendo 'el quizá o quizás'.

    En la actualidad, en las empresas mercantiles se está hablando de clientes internos y clientes externos, el primero alude al empleado y el segundo, al comprador. Pero en sus orígenes, 'cliens, clientis era aquel que estaba bajo la protección o la tutela de otro, a quien escuchaba, seguía y obedecía'. Según esta definición, el cliente era también un empleado, un trabajador, un siervo. En consecuencia, no andan alejados del concepto los nuevos administradores de los recursos humanos del mundo de hoy.

    Está claro también que el eufemismo camina en estos ambientes porque aparte de clientes internos, en la modernidad capitalista a los empleados se les empieza a nombrar 'colaboradores'. Quizá y la preposición adverbial 'tal vez' son sinónimos. El único diccionario que registra 'talvez', unido, es el Drae, no sé por qué; no obstante, aclara que esta forma no es aceptada por la lengua culta. Por consiguiente es 'tal vez'.

    Hablando de sintagmas así, también hay vacilaciones al escribir 'a través'. Ésta es una locución prepositiva cuyo significado es 'por medio de, por conducto de'. Pero de esta frasecita surge el verbo atravesar: 'Poner algo de modo que pase de una parte a otra'. Es posible que por ello la gente tienda a escribir 'através', pero lo correcto es 'a través'.

    Lo mismo se da con 'en medio' (en lugar o en tiempo igualmente distante de los extremos) que se escribe separado y nunca junto. Pero las personas de Tegucigalpa me contradirán porque en esa ciudad está la colonia El Hato de Enmedio; no he logrado saber por qué el núcleo del complemento preposicional de este nombre, en especial, aparece escrito de esa forma: Enmedio.

    Siempre estamos con que 'los ladrones huyeron a bordo de una bicicleta'. La expresión 'a bordo' es un anglicismo y significa 'en una embarcación'.

    Es obvio que el hablante hace de esto una metáfora, pero lo aconsejable es 'los ladrones huyeron en una bicicleta'. Igual es anglicismo 'abordemos el bus', mejor 'subamos al bus'.

    Así como hay formas expresivas perifrásticas que tienden a ampliar el sentido del mensaje, también hay otros juegos de palabras que en verdad no cumplen una adecuada fluidez comunicativa, es más, aburren al lector u oyente. Veamos un ejemplo de los tantos que aparecen en los medios escritos, especialmente en un periódico oficial, que por cierto es gratuito:'

    Hay un total de tres mil cédulas de identidad sin reclamar en el RNP de El Paraíso'. En este ejemplo denota la abundancia de palabras, palabras innecesarias que más bien tienden a aburrir al lector, porque ese 'un total' no tiene razón de ser, basta con 'Hay tres mil cédulas de identidad en el RNP de El Paraíso'.