21/06/2025
08:29 AM

'Que continúe la función'

Pasarla bien, liberarse del estrés y reírse de las bromas debe de ser una regla que todos los hondureños debemos tener anotada en la agenda los 365 días del año, no sólo en esta época navideña y de fin de año.

Pasarla bien, liberarse del estrés y reírse de las bromas debe de ser una regla que todos los hondureños debemos tener anotada en la agenda los 365 días del año, no sólo en esta época navideña y de fin de año.

Existen personajes populares que se dedican a regalar momentos de felicidad a través de las bromas, trucos mágicos o bromas.

Ellos trabajan para divertir a los grandes y chicos, aunque abajo de un pintoresco disfraz se encuentre un hombre sensible, con muchos problemas como los de todos nosotros.

Sí, esos personajes de zapatos grandes, rostros pintados y vestuario -muchas veces gastado- son los payasitos que recorren las ferias, cumpleaños y eventos especiales.

Óscar Teruel Rodríguez conocido como Yoyito, es uno de los payasos que regala sonrisas a los hondureños desde hace 30 años.

Este habilidoso payasito ha incorporado a su show de chistes y bailes, el arte de crear figuras con bombas para dar un ingrediente adicional a cada una de sus presentaciones.

Yoyito cuenta que él hace unas 1,500 figuras con globos de látex, éstos pueden llegar a conservarse hasta un mes, aunque todo depende de la calidad de los materiales y los lugares donde se guarden.

Este trabajador del entretenimiento dice que las figuras se conservan por más tiempo en un sitio donde no haya polvo, estén fuera del alcance de los niños y no le dé demasiada brisa.

Perritos, árboles, flores, corazones, celulares, sombreros son algunas de las formas que cobran vida luego que Yoyito manipula los alargados globos de látex.

Las figuras que más se venden son las de piolín, la pantera rosa en triciclo y sombreros de mariachis.

En las ferias patronales, Yoyito regala las bombas para atraer a las personas y así promocionarse. Los precios varían según el tamaño, la forma y el grado de dificultad para hacerla.

Las personas que deseen comprar estas figuras para adornar su casa las puede adquirir por un costo de cinco, 10, hasta 50 lempiras.

Mientras entretenía a los pequeños que se dieron cita en la plaza central de Santa Bárbara durante el cierre de la feria patronal, Yoyito sin distraerse comenta que él es una persona igual que todas, con muchos problemas y que muchas veces tiene que disfrazar su dolor para hacer reír a las personas.

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Los sombreros decorados con perritos son unas de las figuras más divertidas.

Con sus ojos ocultos en el maquillaje, Yoyito recuerda con melancolía, “hay situaciones que uno debe guardárselas, cuando mi papá murió tenía cinco años, trabajábamos en un circo, aunque era muy pequeño sentí mucho dolor pero la función tenía que continuar”.

Desde los siete años, él ya trabajaba solo y se ganaba la vida con sus chistes.

Con un tono muy orgulloso, Yoyito recuerda que a lo largo de su carrera ha actuado tanto en escenarios grandes como el teatro Manuel Bonilla, de Tegucigalpa, y La Fragua, de El Progreso.

Ha entretenido todo tipo de público, desde los que se reúnen en las ferias patronales, en las celebraciones del día del niño, fiestas privadas, así como en la pantalla chica.

Yoyito cuenta con un amargo sabor de boca que también formó parte de Telefantasías, pero que lastimosamente siente que sólo fue utilizado.

Pero no todo es diversión y respeto para este personaje, pues muchas veces es objeto de burlas, faltas de respeto y groserías de parte de personas que no ven el entretenimiento como un arte y una alternativa de trabajo para ganarse la vida.

Estas personas son objeto de abuso de hombres en estado de ebriedad.

Oscar a sus 31 años continúa llevando alegría a los niños que son los que más disfrutan con sus ocurrencias.

Si desea contratar a Yoyito para pasar un rato agradable con su familia lo puede localizar en Santa Bárbara, cabecera, media cuadra abajo del instituto técnico que lleva el mismo nombre de esta ciudad.