Durante la gala, la actriz y presentadora de la ceremonia Anne Hathaway sorprendió y deslumbró por sus cambios de vestuario.
Para entrar al Teatro Kodak, la joven eligió un diseño rojo con escote de Valentino del año 2002 y el primer cambio lo realizó recién después de la presentación de la ceremonia junto a su compañero James Franco.
Para presentar a las nominadas a Mejor película, la conductora pasó del rojo al color beig de Riccardo Tisci, uno de los diseñadores más admirados de la noche, por el vestido que llevó Cate Blanchett, para Givenchy
Y para la actuación musical, la actriz se enfundó un esmoquin de Alber Elbaz para Lanvin con unos altísimos zapatos de Brian Artwood.
Después del esmoquin, vino el vestido de la diseñadora británica Vivienne Westwood y el diseño metalizado, estilo charlestone, con flecos, del diseñador dominicano, Oscar de la Renta.
Para finalizar la ceremonia, Hathaway vistió un diseño rojo de Versace, para luego cambiar a un modelo Armani en color azul eléctrico, y terminar la entrega de premios con un vestido de corte sirena de Armani Privé.
Para el cierre de la premiación, Anne hizo su aparición en un elegantísimo vestido de mangas largas y cerrado hasta el cuello, de encaje gris del diseñador estadounidense Tom Ford. En la fiesta de Vanity Fair Hathaway lució un vestido color vino de capaz que caían.
La crítica se ceba con la gala de los Óscar
La gala de la 83 edición de los Óscar celebrada en Los Ángeles fue un cúmulo de desatinos según la crítica estadounidense, que se cebó hoy con el trabajo de los jóvenes presentadores James Franco y Anne Hathaway.
En su análisis del evento, Tim Goodman de The Hollywood Reporter, no dudó en calificar la ceremonia como 'una de las peores de la historia' y la selección de Franco y Hathaway como de una idea 'espectacularmente mala'.
Goodman, muy duro en sus apreciaciones, se despachó a gusto especialmente con Franco y aseguró que la gala sería recordada como la noche en la que fue incapaz de 'actuar como maestro de ceremonias'.
'Daba la sensación de ser más una de sus actuaciones artísticas que un intento real de ser presentador. A menudo parecía aburrido o como si estuviera de nuevo en 'Pineapple Express'. Por lo menos Hathaway puede cantar y bailar y ser graciosa', comentó Goodman, quien arremetió también al formato de la gala.
'Mucha gente fuera de la industria del cine no tiene interés en el sonido, la iluminación, la edición o el maquillaje. Habría que hacer algo para animar el programa porque lo que pasa siempre es que los grandes premios que la gente quiere ver salen muy tarde o se dan deprisa por falta de tiempo', indicó.
Algo en lo que coincidió Brian Lowry, de Variety, para quien 'se necesita más que una nueva capa de pintura para vigorizar una ceremonia que fácilmente adolece de innovación. Teniendo en cuenta los múltiples premios de 'Inception' quizá deberíamos olvidar esta emisión como un mal sueño'.
Lowry valoró positivamente los esfuerzos de Hathaway por hacer amena la ceremonia y consideró evidente que los productores del evento no 'sabían qué hacer con Franco, quien apareció travestido como Marilyn Monroe'.
Desde Variety sí se destacó la aparición de Kirk Douglas, o las contribuciones de Christian Bale, Sandra Bullock, Russell Brand y Helen Mirren.
Para Los Angeles Times, Hathaway y Franco pecaron de prudentes en su papel como maestros de ceremonia de los Óscar para distanciarse del estilo de Ricky Gervais en los Globos de Oro y terminaron por hacer anodina la gala, de la que señaló como vistoso el vídeo montaje inicial en la que la pareja interactuaba con las películas nominadas.
The New York Times, en un artículo en el que incidió en el intento de la Academia de Hollywood por cautivar a los internautas, evidenció la falta de preparación de James Franco para presentar los Óscar debido a que solo pudo ensayar durante los fines de semana porque el resto de los días se dedicó a sus clases de doctorado.
No obstante, la gala no pudo sacarse el almidón que, como los mismos anfitriones bromearon, 'se esfuerza en llegar a un grupo demográfico': los jóvenes que han abandonado la televisión como medio para buscar entretenimiento y que poco después de terminada la gala lanzaban sus peores críticas en las redes sociales.
'A pesar de las muchas películas dignas de estar nominadas, la ceremonia del Oscar fue dolorosamente aburrida, lenta, necia, y animada por la pareja dispareja de James Franco y Anne Hathaway', opinó Roger Ebert, uno de los críticos de entretenimiento más influyentes en Estados Unidos.
Según Ebert 'ella pudo haber hecho un papel maravilloso con otro compañero, pero Franco parecía un ciervo encandilado y leía sus líneas como un robot'. Tras celebrar la aparición sorpresa del ex maestro de ceremonia Billy Crystal, Ebert afirmó que 'esta fue la peor ceremonia de Oscar que ha sufrido'.
El influyente Ebert había mostrado su favoritismo por 'The social network', una cinta 'sobre cómo las personas se relacionan en sus funciones corporativas y el cambio de vida experimentado en las personas en los últimos años gracias a las redes sociales. Esa es la fascinación para mí'.
Y de alguna manera ese era el sentir en las discusiones en la red: 'Esto fue horrible, como una producción de escuela secundaria', apuntó 'Nobleone', uno de los tantos lectores con comentarios molestos hacia la ceremonia y la premiación a 'The King's Speech' en un blog del diario Los Angeles Times.
'Me parece un rotundo chiste que 'El discurso del Rey' haya ganado Mejor Director y Mejor Actor. Una película que nadie había oído hablar de ella hasta hace tres semanas y que es la farsa más grande', agregó 'J. Thur' en la misma discusión en línea.