Las madres sobreprotectoras y obsesivas hacen que sus hijos sean dependientes, inseguros y presenten problemas de trastorno del estado del ánimo.
Muchas mujeres protegen de una manera exagerada a sus hijos lo cual no ayuda en nada su desarrollo normal.
El licenciado en psicología Rafael Mejía, detalla que la madre sobreprotectora y obsesiva puede crear ambientes restrictivos al niño. “Ellas buscan crear una ambiente ideal, donde el pequeño se encuentre seguro y evita que él explore por miedo a que le pase algo”.
En algunos casos su reacción es así porque vive en una familia desintegrada donde ella hace la función de padre y madre.
El especialista explica que ese tipo de madres no desean que sus hijos sufran, esto en respuesta a que “ellas fueron víctimas de algún tipo de abuso físico, psicológico o sexual. No desean que a ellos le pase lo mismo”.
Evaluación
Mejía comenta que en el caso de Honduras se han dado mucho casos de abusos. “La mujer tiene una desconfianza general en los hombres y busca proteger a sus hijos y, hasta cierto punto, es normal”.
Las etapas de la niñez, según el psicológo Erik Erikson, son la primera infancia que es confianza vrs desconfianza; niñez temprana que comprende la autonomía vrs vergüenza; la edad del juego, iniciativa vrs culpa, y la cuarta que es la edad escolar que desarrolla la diligencia versus la inferioridad.
Mejía afirma que cuando la madre toma la actitud de sobreprotección está provocando un mal desarrollo en sus etapas de la niñez, pero también influye en regresiones, lo cual daña la autoestima de su hijo.
El psicólogo recomienda a la madre que evite convertir a su hijo en su “yo ideal”, pues el pequeño tiene su propio yo y debe desarrollarlo.
Es importante que la madre pase más tiempo de convivencia con sus hijos para conocer el verdadero mundo de su hijo y evitar transmitirle sus miedos.
En caso que no sepa cómo actuar puede buscar ayuda psicológica.