17/12/2025
08:50 PM

Neologismos, palabras y excesos

El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha es una muestra clara de la variabilidad idiomática y leer una edición del siglo XIX, trescientos años después de haber salido su primera edición, resulta bastante difícil por las diferencias lingüísticas de aquel tiempo con respecto al actual.

    Las personas, en comunidad, crean las palabras para definir cualquier cosa de su entorno.

    Designan todo cuanto existe; pero también lentamente van buscando nuevos significantes para un mismo significado, o concepto.

    Las imágenes mentales de los objetos, sean éstos concretos o abstractos, son estáticas, fijas, invariables; las palabras, en cambio, son temporales, dinámicas, versátiles y sus usos responden a épocas y espacios sociales, culturales y geográficos determinados.

    El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha es una muestra clara de la variabilidad idiomática y leer una edición del siglo XIX, trescientos años después de haber salido su primera edición, resulta bastante difícil por las diferencias lingüísticas de aquel tiempo con respecto al actual.

    Tampoco es fácil interpretar, por ejemplo, el Lazarillo de Tormes en sus versiones originales si no se les adjunta un glosario de peso que sirva de apoyo. Ésas son pruebas irrefutables de las mutaciones que sufre una lengua.

    Neologismos

    En notas periodísticas o en cualquier comentario, sea oral o escrito, se está empleando la palabra 'rubro' con el sentido de 'sector' referido más que todo a lo económico.

    Aunque su significado pleno es 'rótulo, título, rojo', los economistas la han adoptado como un vocablo relacionado con las finanzas, negocios, dinero.

    Este neologismo sui generis finalmente entrará para sumarse como una acepción más en el inventario 'oficial' del español.

    La inquietud no es que 'rubro' se vaya o se quede; es el asiduo abuso equivocado con que se emplea.

    No está muy clara la expresión 'el gobierno desconoce los obstáculos que hay en el rubro de la salud pública' porque no se sabe si es que el gobierno mira la salud como un sector puramente social o si se trata de verle la parte económica, comercial o pecuniaria.

    Si el hablante no maneja correctamente la palabra 'rubro' y, por supuesto, quiere evitar discrepancias de interpretación, puede usar términos más apropiados: campo, sector, cultivo, espacio, negocio; esto será de acuerdo con el contexto referencial.

    El ser humano capta la idea sobre determinado concepto y de inmediato lo marca por su nombre; su mente graba tanto una cosa como la otra y por reiteración el individuo se acostumbra a llamar las cosas por su denominación específica.

    Pero si hay sinónimos que maneja el individuo común, resulta incómodo escuchar repeticiones.

    Incompetencia lingüística

    ¿Por qué en la lengua mediática se está hablando tanto de 'apostar' si, dependiendo del caso, perfectamente se puede decir 'arriesgar, retar, desafiar, competir'?

    Cuando leemos reflexivamente textos como 'El gobierno está apostando por nuevos proyectos hidroeléctricos' con frecuencia hemos descubierto ipso facto que el autor de la nota quiso decir 'Honduras está buscando nuevos proyectos hidroeléctricos', pero es su incompetencia lingüística la que lo hace caer en esos dislates del idioma; al final de cuentas, quien más sale afectado es el lector en la errónea decodificación del mensaje.