Redacción
Demandar por 50 millones de dólares -y una mansión en Los Ángeles- a su exprometido, el multimillonario James Packer, por “desgaste emocional” tras casi dos años de relación no es mucho pedir para Mariah Carey.
Su reputación de diva la precede: no hay privilegios que se le reserven ni caprichos que se le cuestionen. Cuando se trata de sobresalir, ninguna como ella, pues acostumbrada a lujos y derroche toma con humor sus excentricidades.
“No soy eso que dicen (diva), soy la misma que cuando era niña. Sé que nuestra realidad como celebridades es tratar de lucir de cierta manera, pero mi realidad es que yo vengo de abajo, crecí con nada, sin dinero y la pasé difícil, y he salido adelante”.
Mariah Carey
|
Pacto de lujo
Según Entertainment Tonight, el acuerdo prenupcial que habían negociado Carey y James -y no llegaron a firmar- trasciende lo estrafalario: se bonificaría a Mariah con 6 millones de dólares por cada año de matrimonio, de llegar a los primeros cinco aniversarios.
Hasta los regalos se pondrían en inventario, pues cualquier detalle por encima de los 250 mil dólares dejaba de ser regalo a menos que incluyera una nota en puño y letra que lo aclarara, por lo cual resulta ambiguo si regresara o no su anillo de compromiso valuado en 10 millones de dólares.
| Dato
1990 es el año en que Carey lanzó su álbum debut “Mariah Carey” bajo la dirección del productor ejecutivo de Columbia Records, Tommy Mottola, con quien estuvo casada 5 años.
|
Parker se haría cargo también de la manutención de Monroe y Morocco, hijos de Carey con Nick Cannon, además de que se comprometía a renovarle el guardarropa a toda la familia cada cierto tiempo pactado.
| El miércoles, la intérprete habló por primera vez sobre el fin de su
relación con el australiano James Packer. En el programa de Ellen DeGeneres se limitó a decir: “Creo que estoy bien, creo que todo ocurre por una razón. Las cosas son así y hay que aceptarlas”. |
Con gustos no tan comunes
- Le gusta dejar huella: ha llegado a restaurantes con música de preámbulo y le gusta firmar autógrafos solo en mesas clásicas de 150,000 dólares que estén cubiertas de mantas de seda.
- Tiene 11 guardaespaldas para comer, pues no le gusta que la miren tomar sus alimentos.
- Usa tacones de cuatro pulgadas hasta para hacer ejercicio: “No puedo usar zapatos bajos, mis pies los repelen”, se defiende.
- Tiene una regla estricta sobre nunca sentarse derecho, por lo que prefiere los divanes y las salas lounge para ganar comodidad.
- Tiene vestidos negros para toda ocasión, incluso para hacer ejercicio y hasta viajar de gala en helicóptero.
- Ella inventó el término “rehabilitación” en el medio del espectáculo hace 15 años, cuando fue internada por agotamiento en un centro de recuperación.
| Adora vestir solo lencería, ya que no le gusta otro tipo de ropa para estar cómoda. |
- Le gusta que la llamen por el nombre que elige designarse cada nuevo álbum.
- Su séquito se conforma de 15 personas, que incluye guardaespaldas, estilistas, peinadoras, publicista y mánager.
- Suele requerir rosas y mariposas en decoración de camerinos y sets, incluyendo utilería como confeti.
- Viaja en convoyes de mínimo cuatro autos.
- Exige su propio gimnasio en estancias largas.
- Ha viajado en clase turista en una aerolínea comercial, pero sola, con todos los asientos reservados a su nombre.
- Tiene un gran departamento de cuatro pisos en Nueva York, con un nivel ambientado como feria y fantasía de sirenas, con vista a la ciudad, en donde le gusta relajarse con sus perros Jack Russells, Cha Cha y Jill E. Beans.
- Cuenta con 20 humidificadores para mantener una ambientación aproximada a la selva tropical y así preservar en buen estado sus cuerdas vocales.