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12:24 AM

¡Manipular si es agredir!

  • Actualizado: 18 febrero 2010 /

En ciertas ocasiones hiciste cosas que no querías por tu propia voluntad. Por contradictorio que parezca esto suele darse mucho, solo debes poner atención para saber si has sido víctima de algún manipulador y si sus estrategias han hecho efecto en ti.

    En ciertas ocasiones hiciste cosas que no querías por tu propia voluntad. Por contradictorio que parezca esto suele darse mucho, solo debes poner atención para saber si has sido víctima de algún manipulador y si sus estrategias han hecho efecto en ti.

    Persuasión dañina
    La manipulación es una forma de violencia, la persona que la ejerce utiliza diversas estrategias que atacan directamente la autoestima del perjudicado, con el fin de hacerlo actuar, sentir y pensar como él desea. Si bien esta forma de proceder, en la mayoría de los casos, no es consciente, no por eso deja de ser sumamente perjudicial. Esta conducta suele dañar gravemente la salud emocional y física de quien es sujeto de manipulación, quien pierde la capacidad de hacer uso pleno del ejercicio racional, además de que queda inhabilitado para reflexionar, resolver o elegir las acciones que más le convienen. Esto puede causarle problemas gástricos, tensión muscular, dolores de cabeza y en casos más graves, hipertensión arterial y migrañas.

    Ojo a las señales
    Detecta a tiempo ¿Cómo identificar si te están manipulando? Es muy complicado saberlo, sobre todo cuando procede de la pareja. Sin embargo, los sentimientos preponderantes de las personas manipuladas son desgano e insatisfacción con la vida. Se da un cambio en la personalidad que no es voluntario. Además, se aislan y temen actuar o hablar por miedo a que el manipulador reaccione y los agreda, culpe o avergüence. Por otro lado, también hay rasgos de la personalidad que favorecen esta situación. Este tipo de personas son muy sensibles a lo que piensen los demás y a sentirse culpables debido a su autoexigencia. Además, suelen tener una autoestima baja. Otro factor que contribuye a ser sujeto de manipulación es el sentimiento de deuda, derivado de la creencia de que el otro lo favoreció de una manera especial. El manipulador exige: ¡ámame!, y la persona víctima piensa: ¿seré digna de que me amen?”, ¿qué hacer? Los expertos coinciden en que es necesario que la víctima busque ayuda de un psicólogo que le permita sanar su autoestima, así como conocer sus fortalezas y debilidades para no volver a padecer esta situación. Además, es fundamental tejer redes de apoyo con amigos y familiares, quienes pueden ser un punto de apoyo en la toma de decisiones importantes. Lo mejor es alejarse del manipulador y de ser posible terminar el vínculo con él. Debido a que si la víctima trata de sobreadaptarse, puede caer en una trampa muy común. Precisamente esta acción hace que las personas manipuladas lleguen a un grado de estrés muy alto, derivado del gasto de energía psíquica que consumen al tratar de evadir este “juego”. Por otro lado, si confronta al agresor y después, decide quedarse, lo más probable es que este use todas sus armas para retenerlo. Ahora ya sabe que la manipulación sí es agresión, no física, pero sí psicológica.