Ni su segundo embarazo de seis meses ni la tristeza por la sorpresiva muerte de su hermana Érika Ortiz han impedido que la princesa Letizia cumpla con sus deberes reales.
El martes sorprendió a todos al acompañar a su esposo Felipe a la asamblea de trabajo que presidió el heredero del trono en la sede del Instituto Cervantes.
La pareja llegó a las once de la mañana al histórico edificio de las Cariátides Alcalá 49, instalado en el pleno corazón cultural de Madrid.
Ella lució una chaqueta y una falda de color negro que combinó con una discreta blusa blanca. Además, utilizó medias para verse más formal.
Sonrió poco, así lo muestran las fotos. Su esposo también estuvo algo sombrío, pero el deber real fue más importante que todas las cosas.
Cena de gala
El príncipe de Asturias hizo su primera aparición después del entierro de su cuñada durante el almuerzo y cena de gala ofrecida por los reyes Sofía y Juan Carlos en honor a los gobernantes de Corea del Sur.
El embarazo de Letizia es vigilado permanentemente.
Durante poco más de una hora los futuros reyes fueron informados de la actual situación y de los retos de futuro de esta institución, encargada de difundir el español en el mundo y la cultura de los países hispanohablantes.
Los padres de Érika, Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano, están “hundidos”.
Es la descripción que hacen personas que han tenido acceso a los dos en los días siguientes a la muerte de la hermana de la princesa de Asturias.
En cuanto al padre, el diario El Confidencial confirma, según versiones de allegados a él, que está “destrozado” y hasta desesperado, sin demasiada capacidad de reacción, sobrepasado por los acontecimientos.
La autopsia determinó que Érika Ortiz falleció el martes 6 de enero a las once y media de la noche por una ingesta masiva de pastillas.
Evidencias
Érika Ortiz arrojó los frascos de plástico al basurero tras ingerir los fármacos, aunque se olvidó de uno que quedó en el piso de su dormitorio.