La escena sucedía a 3000 metros de altura en las montañas Purcell cerca de Calgary, Canadá. La temperatura estaba bajo cero y Kate Winslet, enfundada en una chamarra acolchonada y unas botas gruesas, estaba a punto de sumergirse en las gélidas aguas de un tanque especial.
Todo se sentía extrañamente familiar.“Me vino a la mente Titanic, pero estuvo bien”, dijo Winslet riendo.
“En un principio, iban a usar una doble para esa escena. Dije, ‘Un momento. Soy la mujer de agua y hielo’”.
Meses después, mientras se preparaba para la primera función de The mountain between us, la película para la que hizo la escena acuática escalofriante, en el Festival de Cine de Toronto, Winslet estaba todavía en Canadá, pero no se veía tan desaliñada. Luciendo completamente como la estrella de cine ganadora del Óscar que es, con un vestido ceñido blanco y negro y algunos cabellos colgando de su chongo suelto, estaba contenta de disfrutar otro momento que parecía sacado de Titanic (1997), el mayor éxito de sus 25 años de carrera.
“Definitivamente, esta fue una reminiscencia de otra experiencia extenuante que tuve hace más o menos 20 años”, dijo Winslet.
“Era mucho más cobarde en ese entonces, lo que es bueno. Esto fue mucho más duro que Titanic. En esa montaña en el frío, si te quitabas los guantes por un segundo, tu circulación tardaba más o menos 10 minutos en reactivarse”.
En su nueva película “The mountain between us”.
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En The mountain between us, a estrenarse el 6 de octubre en Estados Unidos, basada en la novela de Charles Martin, Winslet personifica a la fotoperiodista Alex Martin. Una serie de eventos la lleva a compartir un vuelo de larga distancia en un pequeño avión de alquiler con el Dr. Ben Bass (Idris Elba), un extraño que va hacia una convención médica. Todo parece un encuentro pasajero hasta que el avión cae en un paraje remoto montañoso y cubierto de nieve.Sin poder comunicarse con el mundo exterior, a los dos ambos seriamente heridos, no les queda más que acompañarse a través de lo que parece un infinito paisaje indómito.
“Fue una historia muy humana sobre dos extraños que se conocen bajo circunstancias extremas y necesitan contar el uno con el otro para sobrevivir ante los intensos elementos naturales”, dijo Winslet. “Terminan enamorándose.Me encantó esa parte”, agregó.
En una escena de “The reader”, junto a David Kross.
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La filmación se llevó a cabo en las montañas nevadas cerca de Calgary, una experiencia que Winslet disfrutó. “Estaba emocionada de estar allá y hacer trabajo físico”, dijo. “Creo que siempre puedes notar cuando se trata de una pantalla verde o si las tomas están armadas con el énfasis en la pantalla verde. Sabíamos que estar afuera en la nieve y el hielo tendría un gran efecto en la veracidad de la historia”.
“Nada como correr a través de la nieve profunda en las alturas. El pecho en realidad te arde”, agregó la actriz.Grabar en locación también le otorgó al filme una belleza admirable.“Hubo momentos en que miraba hacia la tierra y al cielo y me quedaba sin palabras”, dijo Winslet. “Te das cuenta de lo hermoso que es el mundo”, comentó la británica. Infancia. Winslet, sus dos hermanas y su hermano crecieron en Reading, Berkshire, Inglaterra, donde su madre trabajaba como camarera y su padre era constructor de piscinas. Cuando era joven, soñaba con actuar en Broadway. A los 11 años comenzó a estudiar actuación y a los 12 ya aparecía en producciones del teatro del barrio y en un comercial en la televisión local.
Sin embargo, su sueño de ser estrella de los escenarios se desvió hacia la pantalla grande, gracias a una persona. “Estaba muy inspirada por Jodie Foster en su película Bugsy Malone (1976). Y después la vi en Taxi Driver (1976) y eso fue todo. Entendí lo que significaba actuar. De pronto vi cómo se trataba de transformarte en otra persona y no solo fingir”, recuerda Winslet. La actriz hizo su debut profesional en la serie de ciencia ficción de la BBC Dark Season (1991), lo que fue su despegue.
Tres años después, un realizador poco conocido de Nueva Zelanda, Peter Jackson, la escogió para su primera película Criaturas celestiales (1994), donde dio vida a una adolescente que ayuda a su mejor amiga a asesinar a su madre. Desde ahí su ascenso fue vertiginoso. Winslet consiguió su primera nominación al Óscar por su actuación como la impulsiva Marianne Dashwood en Sensatez y sentimientos (1995) y obtuvo otras cuatro por Titanic, Iris (2002), Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004) y Little Children (2006) antes de ganar la estatuilla a la mejor actriz por su interpretación de una mujer acusada de crímenes de guerra nazis en The Reader (2008). Fue nominada de nuevo, como mejor actriz de reparto, por su trabajo en Steve Jobs (2015).
Lo que sigue es la película de Woody Allen Wonder Wheel, la historia de un operador de carrusel de mediana edad (James Belushi) y su atribulada esposa (Winslet). Como coprotagonistas están Debi Mazar, Justin Timberlake y Juno Temple. Su secreto, dice Winslet, es buscar las heridas de sus personajes.
“Me encanta interpretar gente imperfecta y que no tiene nada que ver conmigo ni se parece físicamente a mí”, dijo.
Pasión
Después de 25 años de carrera, Winslet aún tiene la misma necesidad de actuar.“No se vuelve más fácil con el tiempo”, dijo. “Pero la buena noticia es que ahora me emociono más con papeles nuevos que cuando empezaba”.
Sus admiradores siempre están esperando la posibilidad de que haga otra película con DiCaprio, con quien trabajó por última vez en Revolutionary Road (2008).“Nada por el momento, no”, dijo Winslet.
“Me encantaría trabajar con él otra vez algún día. Quizá no suceda antes de que cumplamos 70 años”.De hecho, la actriz dijo que no es alguien a quien le guste hacer planes. “No anticipo las cosas. Me inspira lo inesperado. Quiero estar realmente asustada por la idea de interpretar cierto tipo de personajes”.En general, dijo Winslet, no tiene quejas.“¿Sabes que es encantador?”, dijo. “Ha pasado tanto tiempo desde que empecé en la industria y aún hay gente que me quiere ver, gracias a Dios”.
La actriz y su esposo, el empresario Ned Rocknroll, se conocieron en 2011 durante un incendio en un centro vacacional privado cuyo dueño es el tío de Ned, Richard Branson. Viven en el Reino Unido con su hijo de tres años, Bear Blaze y los otros dos hijos de Winslet, Joe, de 13 años y Mia, de 16, cuyos respectivos padres son los exesposos de Winslet Sam Mendes y Jim Threapleton, ambos directores de cine.
“Sé lo difícil que es equilibrar vida, trabajo, hijos y un esposo. Necesito tener ese apoyo en casa y saber que todo transcurrirá con normalidad sin que yo esté ahí. Cuando logro irme, esa es la razón por la que actuar significa tanto para mí”. Sus hijos son sus más fervientes admiradores, agregó. “Están emocionados por lo que hace mamá”, dijo.