El templo María Reina del Mundo se engalanó como todos los años con la esperada ceremonia de confirmación de los adolescentes de la Escuela Internacional Sampedrana.
El obispo auxiliar de la Diócesis de San Pedro Sula, monseñor Rómulo Emiliani, presidió la hermosa liturgia en un abarrotado templo que congregó a orgullosos padres de familia y entusiasmados jóvenes que entre sus manos sostuvieron delicadas velas.
A las cinco de la tarde comenzaron a llegar los primeros confirmados en la vida cristiana. En el recinto católico se respiraba un aire de júbilo, ya que durante varias semanas, los futuros egresados de la EIS estuvieron recibiendo las charlas llenas de religiosidad y doctrina bíblica.
Los cánticos y la emoción de cada feligrés se sintió en cada minuto de la ceremonia que tuvo un hermoso atardecer propicio para que la juventud que confirmaba su fe en Dios celebrara por este nuevo peldaño escalado en su vida como cristiano.
Emotivo
El altar fue decorado con abundancia de blancos cartuchos y calas donde monseñor Emiliani ofreció un solemne mensaje donde se enfocó en la juventud y su crecimiento en las diferentes etapas del espiritualismo.
Más de cincuenta jóvenes fueron protagonistas de esta memorable celebración religiosa donde los católicos que confirmaban su vida a Dios lucieron muy elegantes para la ocasión.
Como dicta la tradición en este tipo de ceremonias, las chicas vistieron delicados vestidos en tonos claros de texturas como el shifón, el encaje y la siempre fina seda, mientras que los jovencitos optaron por la elegancia que confiere el clásico traje negro con corbata combinada.
Minutos después de concluir la celebración, los anfitriones de esa memorable cita católica aprovecharon la dicha familiar para perpetuarla en las fotografías del recuerdo que cada uno aprovechó a captarse mientras delicada música se escuchaba en el entorno.
Como la confirmación de la fe católica es uno de los votos más importantes en la vida de los jóvenes apegados a la cristiandad, los padres de cada uno de ellos los agasajaron con distintas y muy familiares recepciones en los diferentes restaurantes y hasta en sus propias residencias.
Este sacramento es uno de los tres principales que se da en la Iglesia Católica para iniciar a un ser en la vida cristiana y cada uno de los que participó en esa inolvidable ceremonia, consolidó su temor al Creador y su infinito amor al prójimo.