El modisto gibraltareño John Galliano dejó a su público de Christian Dior emocionado ante tanta belleza, con su alta costura de marcada inspiración japonesa, presentada en la primera jornada de colecciones para la próxima temporada estival.
“Glorioso”, “el mejor desfile que nunca vi”, “fantástico”, “sublime”... Los adjetivos no faltaban al término del desfile para intentar describir la obra de arte que se acababa de contemplar.
Galliano para Dior es algo siempre memorable, pero hoy fue más allá y elevó el listón de la ya inaccesible couture francesa.
Se apoyó para ello en su talento, en la “sabiduría Dior” preexistente y en Japón.
Una de sus figuras legendarias, Madama Butterfly, la joven geisha Cio-Cio-San, que en la ópera de Giacomo Puccini cree casarse con el teniente de la marina estadounidense Benjamin Franklin Pinkerton, le inspiró de manera especial.
La cultura de oriente es una referencia importante en la nueva colección de John Galliano.
El vestido de novia final, bautizado, precisamente, “Ciao-Ci-San”, en gazar blanco roto bordado, fue un excelente ejemplo de esta “sabiduría Dior”, actualizada con brío para el siglo XXI y retocada por la inspiración japonesa.
Todos los códigos Dior, del “New look” y la cintura marcada a las espaldas construidas, los grandes volúmenes, el perfecto acabado o los tejidos suntuosos, estuvieron presentes en la colección.
Los tonos fueron azules, rosas, beige, oro, turquesas, verdes musgo, pero también rojos sangre, violetas o verde oliva, combinados entre sí con detalles pintados a mano, bordados y degradados.
El famoso modisto presentó diseños en chaqueta y exóticos vestidos de noche.