El Charro Velásquez es un cantante de la música ranchera que inició su carrera por casualidad, cuando visitaba el restaurante El Patio en la capital de la Rapública, y allí se realizaba un concurso de kareoke.
Actualmente, Franklin Geovany Velásquez es una persona que sigue luchando por el talento que descubrió en una noche entre amigos. Presenta su show en diferentes ciudades del país acompañado de los Mariachis Honduras.
LA PRENSA lo entrevistó para conocer de sus éxitos y planes futuros en la música.
¿Cómo inicio y por qué eligió la música ranchera?
Fue algo inesperado. Nunca había cantado, salí una noche del mes de noviembre con mis amigos de Tegucigalpa y llegamos al restaurante El Patio, donde hacía cuatro meses se venía clasificando gente para un concurso de kareoke.
¿Pero si era un concurso y usted nunca había cantado cómo tomó la iniciativa?
Uno de mis amigos conocía al propietario y le sugirió que yo cantara y él le dijo que no podía porque era un concurso, pero al final lo convenció y las personas presentes ya no quisieron a los concursantes y hasta dejaron de comer.
“Conocí a Los Tigres del Norte en México. Cuando supe que venían me comuniqué con ellos, les mandé un disco y lo aprobaron”.
¿Cuándo formalizó su carrera?
En 2004 y en 2005 lancé mí primer disco con el nombre “Un sueño”, que cuenta con 10 temas, seis covers con arreglos y cuatro inéditos.
¿Hay mercado aquí para el género ranchero?
En la actualidad mi disco está disponible en Camelot de Tegucigalpa. He estado sonando en la Inter, La Conga y Musiquera.
También he estado en varios países de Centroamérica.
Ha sido telonero en dos conciertos de Los Tigres del Norte en el país, ¿cómo los conoció?
Una vez que viajé a México ellos estaban hospedados en el hotel Marriott, cerca de donde yo estaba.
Iba pasando con mi esposa, miré el bus y le dije “creo que son Los Tigres del Norte”.
En ese tiempo yo no cantaba, pero no perdí el contacto con ellos y cuando supe que venían los llamaba.
¿En qué lugares se presenta a cantar?
Por lo general en lugares abiertos, como en Palenque. En las discotecas sólo dos veces, ya que no es la música para este ambiente.
