Es una final inédita con dos potencias que nunca han ganado un Mundial a nivel absoluto. Su prestigio se limita a su estilo y sus torneos domésticos, que si han dado satisfacciones a los suyos.
Ambos poseen la Eurocopa, pero falta el paso más importante en la carrera de un deportista, levantar los 5 kilos en oro de la Copa del Mundo.
Autoridades de todo tipo en las gradas: Pau Gasol, Rafa Nadal, Shakira o Plácido Domingo. No faltan los Príncipes de Asturias don Felipe y doña Sofía y la Reina Sofía. No ha viajado el presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero. La monarquía holandesa volverá a estar con los suyos.
El Soccer City de Johannesburgo es el escenario de la gran final. También conocida como la “Calabaza” tiene los asientos naranjas, como la vestimenta de Holanda, y está complementa lleno.
El Soccer City registra una temperatura de 14 grados, una humedad del 34 por ciento y un viento que sopla a una velocidad de 5 metros por segundo.
Holanda sabe lo que es disputar la final. Lo hizo en 1974 con la “naranja mecánica” ante Alemania y 1978 ante Argentina con los restos del Mundial anterior y sin Cruyff. La ‘Oranje’ de Van Marwijk se parece más a la del 78 y será la primera final sin tener al anfitrión delante, aunque sí tendrá hoy al favorito.
Por su parte, España vive sumida en el sueño más profundo. Su mejor clasificación data de 1950, un cuarto puesto. La maldición de los ‘cuartos’ ha sido superada con su juego alegre con el que desespera al rival. Todo el país está pendiente de la “Roja” en un día que para muchos debería ser ya “fiesta nacional”.