La cristalería, al igual que la vajilla, marca y distingue una mesa. Si desea poner una mesa elegante opte por diseños sencillos y de cristal transparente.
También, en la medida de lo posible, debemos evitar formas complicadas o diseños demasiado vanguardistas que hacen dudar de cuál es la copa de agua o la de vino.
Las piezas básicas con las que se debe contar en una cristalería son: copas de agua, copas de vino y copas de champán. Pero en la actualidad se están usando sólo las de agua y el vino.
La experta en etiqueta y protocolo María José de Fernández explica que cuando tenga un evento en casa debe colocar en el sitio de cada comensal una sola copa y mejor que sea transparente. Las copas se toman con el dedo índice meñique y corazón y se sostienen con elegancia a la altura de la barbilla.
Hay cuatro tipo de copas que son las más usadas en los eventos, por ejemplo la de agua es de gran tamaño, ligeramente abombada y utilizada para agua y zumos.
La de vino es de copa ancha, de gran cavidad abombada. Antes era algo más pequeña que la de agua, aunque ahora se empieza a imponer una gran copa. Para el vino blanco es más pequeña y estrecha que la de vino tinto, por su necesidad de mantenerse frío, mientras que la copa de jerez es ligeramente aflautada, tamaño medio y de pie corto. Utilizada para tomar los vinos dulces y de jerez.
En cambio, la copa de champán es alta, de cuerpo largo y aflautado y corta de pie. La finalidad es retener las burbujas. No se deben utilizar las conocidas copas planas de champán.
La de coñac es gran copa de amplia cavidad abombada y pie muy corto, pensada para “abrazarla” con la mano y mantener templado su contenido. Es utilizada para coñac y brandy.