Steven Allan Spielberg nació el 18 de diciembre de 1946 en Cincinnati, Ohio.
Era un niño introvertido, feúcho, que empezó a comerse las uñas a los 4 años. Desde muy pequeño desarrolló una personalidad retraída y asustadiza; tenía miedo a las alturas, al mar y a la oscuridad.
Su madre, Leah, es pianista, y su padre, Arnold, un técnico electrónico que se fue de casa tras un amargo divorcio cuando Steven era adolescente. De su padre ha heredado la afición por la tecnología, y juntos hicieron los primeros efectos especiales del alevín de director: espectaculares choques de trenes eléctricos que Steven preparaba y Arnold reparaba incansablemente.
Su pasión por la pequeña pantalla era tan compulsiva que, cuando sus padres salían de casa, dejaban envuelto el televisor en una manta y le ponían unos pelos colocados de manera estratégica para saber si Steven había estado viéndola a escondidas.
A los 12 años se apropió de una cámara superocho de su padre y a los 14 ganó un concurso de cine amateur con su primera película bélica, Escape to nowhere, 1961, un mediometraje de 40 minutos en el que disfrazó a sus amigos con uniformes y pistolas de juguete.
‘Eyes’, 1969, fue su primer encontronazo con el mundo de las estrellas de carne y hueso.
Steven Spielberg tenía 23 años, y después de haber estado colándose en los estudios Universal, por fin consiguió un contrato para dirigir telefilmes durante siete años.
Joan Crawford palideció de ira cuando vio que su director era un veinteañero con acné, pero Spielberg desplegó sus dotes de diplomático y, durante el mes que duró el rodaje, envió todos los días a la actriz y viuda del dueño de la Pepsi-Cola una botella vacía de ese refresco con una rosa roja.
Cuando en 1964 recibió la carta de reclutamiento para ir a la guerra, el pésimo estudiante Steven se matriculó en el único centro que le aceptó: la Universidad californiana de Long Beach.
Allí pasó cinco años rodando con cámaras alquiladas hasta que su primer cortometraje profesional, Amblin (1968), le sirvió de pasaporte para entrar en la industria.
Con su tercer largometraje llegó el éxito mundial: Tiburón (1975).
El rodaje fue un calvario para el director, que se vio superado por la continua oxidación y deterioro de Bruce, el apodo del tiburón blanco metálico de una tonelada y media de peso, que debía ser repintado todas las noches.
Entre biológicos y adoptados, Spielberg tiene una prole de siete hijos fruto de sus dos matrimonios con las actrices Amy Irving y Kate Capshaw, con la que está casado.
George Lucas es su amigo del alma.
Además de barba y aspecto desaliñado, comparten una idéntica visión del cine como negocio y expresión artística. En mayo de 1977, en una playa de Hawai, mientras hacían un castillo de arena con las manos, urdieron el proyecto de las películas de Indiana Jones, que más tarde produciría Lucas y dirigiría Spielberg.
Queja
Los actores que trabajan con él se quejan de su tacañería, pero a Spielberg no le importa gastarse una millonada en efectos
especiales.
éxito
Sus ahorros ya ascendían y se sentía completamente libre para realizar proyectos más personales como El extraterrestre.
Gustos
Sus ahorros ya ascendían y se sentía completamente libre para realizar proyectos más personales como El extraterrestre.
