Además de coloridos peces tropicales, las aguas turquesa del puerto turístico mexicano de Cancún alojan desde el año pasado 400 esculturas de figuras humanas de tamaño real que conforman un Museo Subacuático del Arte.
La exposición ‘La evolución silenciosa’ es para el artista británico Jason deCaires Taylor la mayor colección submarina de escultura contemporánea. Cuerpos desnudos, una mujer embarazada, un anciano haciendo muecas y un niño mirando hacia el sol que se alcanza a colar en el mar son algunas de las esculturas, colocadas hasta nueve metros de profundidad y algunas de las cuales ya tienen algas enredadas en su rostro o extremidades.
El proyecto se inició hace casi dos años, cuando el Museo del Parque Marino de Cancún empezó a buscar trabajos de DeCaires Taylor, quien ya había hecho instalaciones submarinas en el Caribe e Inglaterra y las exhibía en la página www.underwatersculpture.com.
DeCaires Taylor se trasladó de Gran Bretaña a Cancún para crear sus esculturas tomando como modelos a gente que veía en las calles.
El proyecto, con piezas de hasta cinco toneladas de peso, tuvo un costo de unos 250 mil dólares.