La cantante Madonna sigue inmersa en un exigente proceso de rehabilitación con el que reparar su maltrecha rodilla y, si todo sale bien, para volver cuanto antes a los escenarios tras la cancelación de tres conciertos en Boston, a lo que podría sumarse el aplazamiento de otros tantos espectáculos de su gira ' Madame X' si la reina del pop no se recupera a tiempo.
A fin de acelerar lo máximo posible su regreso a la carretera, la diva de 61 años se ha sometido a tediosos pero efectivos baños de hielo, imprescindibles a su juicio para solventar las 'múltiples dolencias' paralelas a la citada lesión de rodilla y, como se desprende de su última publicación de Instagram, también a un curioso tratamiento de auto-hemoterapia.
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Para ello, la ambición rubia se ha puesto en las expertas manos del reputado osteópata Jean Michel Ete, quien se ha encargado junto a sus ayudantes de extraer parte de la sangre de la intérprete, enriquecerla con ozono y reintroducirla en el sistema para que Madonna pueda disfrutar inmediatamente de sus numerosas propiedades.
Lo más curioso de la grabación proporcionada por la propia artista a sus seguidores reside en la vertiente más espiritual de la sesión, concretamente la presencia de una mujer que emite un monótono y relajante sonido por medio de un cuenco tibetano, el cual facilita la 'meditación' y los cantos terapéuticos que tanto necesita la diva.
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'Enriquecer la sangre, vitaminas por gotero, cuencos tibetanos, canto y meditación... ¡Una se siente fenomenal cuando termina!', ha escrito la incombustible vocalista junto a la llamativa grabación, en la que también destaca la presencia a su lado de sus dos hijas pequeñas, Estere y Stella, así como la elegancia y sofisticación de su amplio cuarto de baño.