28/12/2025
02:33 PM

¿El amor nace o se hace?

¿Es la mujer quién encabeza el retoño del amor o por el contrario es el hombre?

    Se casaron, juraron votos y fueron felices para siempre... Así terminaban los cuentos, pero, ¿puede servir este esquema para los simples mortales? ¿O hay que buscar nuevas fórmulas para conjugar el verbo amar?. En Amiga te planteamos qué valores y qué modelos funcionan en la vida amorosa.

    Decir que los hombres y las mujeres no somos iguales no parece novedad, aunque siga sin resultar una afirmación del todo políticamente correcta.

    ¿Hombres y mujeres por igual?

    Si la ciencia demuestra que los hombres vienen equipados de serie para amar, ¿se les ha terminado el argumento neuronal para hacerse los duros? Al final, se imponen nuevos modelos de parejas que prueban que el amor, como siempre, les preocupa a las mujeres y no a los hombres, aunque cada quien lo ajuste a su medida. No en vano ellas dedican 1,095 horas anuales a pensar en sus relaciones actuales o potenciales, una jornada laboral normal supone 2,120 horas al año; y la mayoría de los varones piensan en el amor 60 minutos diarios. Son cifras expuestas por David Zinczenko, redactor jefe de la revista Men’s Health, en su libro “Hombres, amor y sexo”. Aquí analiza con una serie de encuestas a 2,500 varones. Sus respuestas demuestran que otorgan mucha importancia a los asuntos del corazón. Un ejemplo: si les hacen escoger entre conocer al amor de su vida y practicar sexo, el 92% elige la primera opción.

    Sin distancias

    Otra tendencia que gana adeptos es la modalidad de relación que se denomina con un acrónimo: LAT (Living Apart Together), y que consiste en compartir afectos, intereses e incluso, en algunos casos, descendencia, pero no domicilio conyugal. Literalmente es vivir separados estando juntos. Es la opción que, según la agencia de contactos Parship, prefiere el 18% de los solteros.

    Amor dinámico
    En las relaciones se evocan nuestras emociones y reaccionamos ante ellas, aprendemos a expresar rasgos y cualidades como el amor, la compasión, la no violencia, la esperanza, él egoísmo, etc. Desde que nacemos nuestra principal fuente de aprendizaje es la relación con los demás. A través de la alegría y el dolor de las relaciones con otras personas, progresamos en nuestra senda para aprender sobre el amor desde todas partes. El amor no es un proceso intelectual, sino una motivación bastante dinámica que fluye en nuestro interior en todo momento, seamos conscientes o no de ello. Tenemos que aprender a recibir amor además de darlo y sólo en esas relaciones podemos aprender realmente esa energía del amor que todo lo abarca.