Las adicciones con las que Colin Farrell lidió durante años lo llevaron al borde de la muerte.
Por eso, cuando descubrió que estaba llegando al límite en su consumo de alcohol y drogas, decidió recibir tratamiento.
“Yo no soy médico, pero no hace falta un título en medicina para saber cuándo tu cuerpo se está apagando. Llegué a un punto en el que las únicas voces que tenían claridad en el cuarto eran las voces de destrucción y anulación”, relató el actor de 36 años al Sunday Times.
Colin también confesó que desde los siete años comenzó con sus adicciones. “Desde niño era un adicto. No bromeo, pueden preguntarle a mi madre. Cuando tenía siete años me obsesioné con los chocolates Bar León durante seis meses y tiempo después, con los Coco Pops, el puré de papas y cualquier otra cosa que me hiciera sentir bien”.
Nacido el 31 de mayo de 1976 en Dublín, Farrell ha protagonizado cintas como Phone Booth, Daredevil y Alexander. Farrell se sinceró sobre su experiencia como padre de un niño con síndrome de Angelman, enfermedad neurogenética que se caracteriza por un retraso en el desarrollo y capacidad lingüística reducida, así como episodios de ataques tipo epilépticos.
“Apreciamos las victorias pequeñas, las primeras palabras las dijo a los seis años, y apenas puede alimentarse solo. Cuando dio su primer paso a los cuatro, casi me rompo a la mitad”, compartió el actor.