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DiCaprio: 'El Òscar no es mi motivación”

  • 12 noviembre 2011 /

El actor Leonardo DiCaprio habla sobre su película “J. Edgar”.

    Ya no es más el jovencito que había sido nominado al óscar con apenas 19 años. Y ya pasaron otros 14 años desde que protagonizó el superéxito “Titanic”. El 11 de noviembre, Leonardo DiCaprio cumplió 37 años y la madurez se refleja en su trabajo, especialmente con la nueva película “J. Edgar” donde se postula como uno de los nuevos favoritos al óscar que nunca ganó.


    Después de tres nominaciones y ningún óscar ¿es hora de ganarlo?

    En mis experiencias con el óscar aprendí que no tengo absolutamente el menor control ni puedo hacer nada sobre las opiniones que puede tener la gente sobre mi trabajo. Esa es la verdad. Solo puedo salir a promocionar mi película esperando que a la gente le guste o responda de la forma que vaya a responder cuando esté decidida a votar. ¿Quién sabe lo que puede pasar? Agradezco que hablen del tema, pero al final, realmente, no tengo ningún control sobre lo que puede pasar.

    ¿Sueña con ganarlo al menos?

    No creo que nadie pueda decir que no quiere tener un óscar. Estarían mintiendo, pero tampoco es mi motivación cuando interpreto esa clase de roles. Realmente me motiva trabajar con gente grandiosa, creando un cuerpo de trabajo en el que después pueda mirar atrás con orgullo.

    ¿Cómo recuerda la primera nominación del óscar, casi 20 años atrás?

    Al principio no lo podía creer. Realmente no entendía lo que estaba pasando. Eso es lo que recuerdo, el asombro de toda la experiencia. Mi madre estaba increíblemente emocionada, igual que mi padre. él me preguntó: “¿Te das cuenta de lo que acaba de pasar?”. Y le contesté con un simple “supongo que sí”. Pero, la verdad, no entendí la magnitud de atravesar algo así y cuando fui a la entrega del óscar estaba demasiado tímido. Eso es lo que recuerdo. Me acuerdo muy bien de lo tímido que estaba en la ceremonia.


    ¿Qué tan difícil resultó la tercera vez cuando no pudo ganarlo con “Diamantes de sangre”? ¿La imagen que vemos en la pantalla, cuando ninguno de los que gana reacciona enojado, es pura actuación?

    Para decirte la verdad no creo haber tenido nunca ninguna expectativa de ganar. No lo creo.

    ¿El óscar sería la gota del vaso que le falta para lograr la absoluta gloria personal?

    Supongo que todo depende de las motivaciones de cada uno. La gloria personal es trabajar en lo que tanto amo. Sé que todas las carreras pasan volando y sé que habrá algún momento en que no tenga las oportunidades que tengo ahora.

    Trato de aprovechar las ventajas, pero la gloria personal no es algo que se puede lograr realmente. No creo que haga feliz a nadie. Se ha comprobado una y otra vez. Cuando tuve mi primera oportunidad de trabajar en cine, a los 15 años, durante año y medio me pasé viendo las mejores películas que pude. Y en aquel entonces me planteé la idea de emular esa clase de arte maestra que habían logrado en el pasado del cine. Esa es realmente mi motivación. Siento que quiero hacer algo tan bueno como lograron mis héroes.


    ¿Cuál es la verdadera historia detrás del nombre Leonardo DiCaprio? ¿Es verdad que tiene registrado el copyright de DiCaprio?

    (Risas). ¿Copyright? No creo que sea cierto; a lo sumo debo haber hecho algo por mi sitio de Internet. Pero es verdad que Leonardo DiCaprio es mi nombre real.

    ¿Es cierto que su madre lo llamó Leonardo por Leonardo da Vinci?

    Supuestamente sí.

    El nombre completo es realmente Leonardo Wilhem DiCaprio, aunque, en la intimidad, todos lo llaman Leo. Tenía apenas diez años cuando el primer representante sugirió que se llamara artísticamente “Lenny Williams” durante la época en que solo trabajaba en avisos de publicidad. Después siguió con la TV y algunas cortas participaciones en las series “Roseanne” y “The new Lassie” hasta que en el 91 consiguió el primer rol en cine con la película de terror “Critters 3”. Claro que sorprendió al mundo entero recién cuando apareció como el retardado hermano de Johnny Depp en la película “What’s eating Gilbert Grape”, donde fue nominado al óscar por primera vez. Cuando protagonizó con Kate Winslet la superproducción “Titanic”, que recaudó más de 1,800 millones de dólares, Leo se convirtió en el galán mejor cotizado en Hollywood.

    Y sin desvelarse por la fama siguió buscando mejor calidad en cada uno de sus personajes y rechazó en el camino el personaje de “Spider Man” y el de Robin en “Batman forever”, además del rol de Anakin Skywalker en “Star wars, episode III”, de la mano de Martin Scorsese también descubrió el perfecto dúo para encontrar un cine de excelente nivel con “Pandillas de Nueva York”, “The departed” y la vida de Howard Hughes en la película “El aviador”, con la que Leonardo volvió a pisar la ruta del óscar sin llegar al podio. Tal cual como en la tercera nominación por la investigación del tráfico de diamantes en África con “Diamantes de sangre”, pero, con la película “J. Edgar”, DiCaprio cuenta con todos los factores para ganar. Para empezar está irreconocible en la personificación del director del FBI.

    Y con la impecable dirección de otro conocedor del óscar, como Clint Eastwood, Leo se luce detrás de las lágrimas y hasta el inesperado beso gay que muestra el desconocido perfil de uno de los hombres más poderosos de Estados Unidos.

    ¿Como estrella de cine siente que a veces tiene mucho más poder que el FBI?

    No, ciertamente no. ¡Dios! No conozco a nadie que no tenga cierto temor del FBI. Eso es lo que pasaba con J. Hoover porque realmente transformó la idea del sistema legal en nuestro país. Antes era un poco como el lejano Oeste, donde la gente robaba bancos, cruzaba la frontera y ya eran hombres libres. Hubo un levantamiento comunista y él sacó a todos los rojos del país y formó un sistema federal donde nadie podía cruzar las líneas estatales. Arrasó con todos los malos.

    Desde aquel entonces pueden investigar tu vida, ver si estás haciendo algo malo y la clase de actividad criminal en que estás involucrado. él creó la fuerza de uno de los sistemas policiales más poderosos y exitosos del mundo. Creó también el sistema de huellas digitales y transformó todo en este país, al punto de pensar que el FBI puede estar investigando cada paso que damos. Tampoco se puede negar que muchas de las transformaciones que hizo al principio de su carrera fueron positivas, aunque hubo otras con las que no estoy de acuerdo para nada. Pero transformó el país y lo que logró es increíble.

    A lo largo de tres guerras y ocho presidencias, J. Edgar Hoover se mantuvo cincuenta años al mando del FBI en Estados Unidos. Y con alguien que les dio tanto valor a los secretos de otros, la película trata de revelar los suyos, explorando la vida personal y pública de un hombre que dedicó su carrera entera a buscar la justicia desde el lado más oscuro del poder. Con todos los factores de una candidata al óscar y la mejor dirección de Clint Eastwood pone al descubierto los arrestos más famosos de Estados Unidos al mismo tiempo que expone cierta inclinación homosexual de Hoover mucho después de haberle declarado el amor a su secretaria (Naomi Watts en cine), en la época de tantas conspiraciones detrás de los asesinatos de J. F. Kennedy y Martin Luther King.


    ¿El aspecto más controversial que descubrió sobre la vida J. Edgar Hoover?

    Supongo que todo lo que tiene que ver con la forma de pensar fundamentalista que había legado de su madre. Creció en un hogar muy puritano de ultraderecha y con esos pensamientos protegió al país durante ocho presidencias distintas. El hombre estuvo más tiempo en el poder que cualquier otro político. Y mantuvo sus ideales de pensar que el comunismo era el peor enemigo. Al principio lo tomó como un movimiento terrorista y por eso empezamos la película con tantas bombas. Pero cuando llegó el movimiento de derechos civiles, con Martin Luther King y otros líderes, Hoover pensó que trataban de tomar el Gobierno. Y es lo que pasa cuando alguien queda en el poder durante tanto tiempo: se pierde el balance. Por eso terminó siendo un fracaso después en su carrera, porque no se adaptó a los cambios de época. El poder absoluto atrae la corrupción y él estuvo demasiado tiempo en el poder.

    ¿Hay algo que aprecia de Hoover más allá de las controversias que muestra la película?

    Creo que tuvo buenas intenciones y supongo que hizo lo que hizo pensando que era un gran patriota, pero era demasiado ambicioso.


    Después de haber trabajado con grandes directores como Steven Spielberg o Martin Scorsese ¿notó una gran diferencia respecto a la dirección de otro gigante del cine como Clint Eastwood?

    Es uno de los directores con más instinto que conozco. Es como un general, se sienta contra la pared con su monitor, te mira fijo a los ojos y es el mejor barómetro de la verdad. Busca que los actores se sientan parte de la experiencia, viviendo cada momento, experimentando lo que el personaje experimenta. Y no hay ensayos ni tiene demasiada gente a su alrededor preguntando lo que piensan sobre una escena. Ve lo que ve en su monitor, te dice exactamente lo que piensa y sigue con la escena siguiente. Es una experiencia increíble. Es fantástico.


    ¿La mejor lección que aprendió con Clint Eastwood?

    Que la colaboración es lo más importante. Este hombre cree en sus ideas y confía en sus instintos, cree en lo que hace. Y te da una increíble confianza como actor. Si te contrata para este rol, debes haber hecho un buen trabajo para estar en un estudio de cine con él. Te aumenta la confianza, no trata de manipular a nadie.

    ¿Después de haber besado a las mujeres más hermosas de Hollywood, desde Kate Winslet y Cameron Díaz hasta Jennifer Garner, Cate Blanchett o incluso Naomi Watts, cómo fue la filmación de “J. Edgar”, donde lo besa un hombre?

    Ahhh (respira profundo, se sonroja por un momento y busca alguna pausa para contestar). Son cosas que hacemos los actores, mientras trato de pensar la manera correcta de contestar la pregunta (ríe). Estaba interpretando un personaje y tuve que hacer lo que hubiera hecho el personaje. Fue una escena muy interesante porque Clint (Eastwood) fue muy claro desde el principio al aclararnos: “No va a ser la típica secuencia. Quiero que primero se peguen entre ustedes, que salga la mayor cantidad de sangre posible, hasta que quieran matarse. Y en ese peor momento, va a llegar el beso”. Quería mostrar cierta clase de represión, porque estamos hablando de una época donde no importaba lo que sentían dos hombres entre ellos, era algo que no se atrevían a expresar en aquel entonces. Y fue muy interesante cómo (Clint Eastwood) lo manejó todo porque reflejamos bastante la época en que ciertos homosexuales vivían reprimiendo sus emociones.


    ¿El beso con el actor Armie Hammer ayudó a darle más credibilidad al lado homosexual de la vida de Hoover?

    El trabajo de Armie Hammer es fantástico en esta película. ¿Podrás creer que apenas tiene 25 años? Creo que realmente capturó la relación de un hombre que tenía una gran adoración por otro hombre, aunque supongo que también escondía cierto odio por no poder ser como quería ser. Le dedicó la vida a este hombre. Esa es la verdad. Clyde Tolson dedicó su vida a J. Edgar Hoover.


    ¿Tuvieron que ensayar el beso o discutieron el tema antes de filmar la escena?

    Hablamos mucho sobre el tema. No tuvimos ningún ensayo porque así trabaja Clint, pero hablamos sobre nuestra relación y todo lo que significó para ellos. Recién después tuvimos nuestro propio espacio de ensayos, con el guionista Dustin Lance Black.

    ¿Es una de las escenas más incómodas que le tocó filmar?

    (Risas). Eso lo tiene que decidir el público.