En redes sociales, durante los últimos días, como un eco en una cueva, ha habido una invasión total de la nueva campaña de ropa interior de Calvin Klein, protagonizada nada menos que por Bad Bunny.
El artista puertorriqueño fue captado por el fotógrafo Mario Sorrenti en un video de 46 segundos, posando con el nuevo modelo de ropa interior masculina, el Icon Cotton Stretch. El minianuncio no solo se hizo viral, sino que arrasó en internet.
En menos de una semana, el video de TikTok alcanzó 1.8 millones de me gusta y 20.3 millones de visualizaciones; en Instagram, el mismo video superó los 30 millones de visualizaciones.
El artista destacó la importancia de la campaña, declarando en un comunicado oficial: "Esto ha estado en desarrollo durante un tiempo, y verlo finalmente cobrar vida ha sido gratificante. Estoy emocionado y agradecido por la oportunidad de formar parte de la icónica campaña de esta marca, y poder grabarla en Puerto Rico la hizo mucho más especial y genuina".
Según el sitio WWD.com, la exposición mediática del video alcanzó un valor de $8.4 millones en MIV (valor de impacto mediático) en menos de 48 horas, según estimaciones de Launchmetrics. No se trató solo de "me gusta": el impacto en los feeds fue abrumador.
Una publicación de la cuenta de cultura popular @PopBase, con dos imágenes estáticas de la campaña, generó 24 millones de visualizaciones y 127.000 "me gusta". Asimismo, el sonido original del vídeo en la plataforma china inspiró más de 12.000 vídeos generados por usuarios, generando diversas reacciones.
Los resultados de MIV de la campaña de Bad Bunny catapultaron al artista al top 5 de reacciones más virales entre los embajadores de la marca: el primer lugar lo ocupa el miembro de BTS, Jungkook, quien generó $13.4 millones en el mismo período de tiempo; segundo está la campaña de 2023 que presenta al actor y estrella de la serie de culto "The Bear", Jeremy Allen White, quien acumuló $12.7 millones en MIV; mientras que el tercer lugar pertenece a Jennie de Blackpink, cuya campaña de 2023 generó $8.6 millones.
Históricamente, las campañas de Calvin Klein se han diseñado para conmover a las masas. El primero en cambiar radicalmente el rumbo de la marca fue el actor Mark Wahlberg (entonces conocido por su seudónimo de rapero, Marky Mark) en 1991: su encanto típicamente estadounidense se yuxtaponía con una actitud descarada.
Al año siguiente, con tan solo 17 años, Kate Moss se convirtió en el rostro de la marca, estrenando su primera campaña de ropa interior femenina, una decisión que aún hoy se considera muy controvertida debido a su corta edad. El contrato de Moss se prolongó durante los 90, convirtiéndola en la embajadora por excelencia de una marca que, en aquel entonces, abrazaba plenamente su encanto andrógino.