Las primeras citas de Michael Bublé y su mujer Luisana Lopilato, quienes se conocieron en un concierto del cantante en Argentina, fueron en compañía de un intérprete que se encargaba de traducirles cada palabra de la conversación, hasta que la actriz decidió tomar cartas en el asunto y empezar a estudiar inglés sin descanso para poder comunicarse directamente con su ahora marido.
'Cuando nos conocimos, teníamos un intérprete al lado constantemente, así que le decíamos: 'Dile que le amo'. Al principio fue todo así, pero luego me metí en una escuela de inglés y después me fui a vivir cuatro meses a Los Ángeles porque él estaba trabajando aquí. Pero siempre hacía amigos latinos, así que acababa hablando en español. Pero un día llamé a Mick y le dije: 'Estoy andando por Hollywood & Highland, me voy a meter en una escuela porque hay un curso que empieza ahora a las nueve y acaba a la una, ¿venís a buscarme?''.
'Y se sorprendió mucho. Me anoté a clases cuatro meses. Cuando acababa, llegaba a casa, comía, y tenía una profesora particular durante dos horas. Y después tenía otro curso en Beverly Hills. Llegaba a mi casa agotada y decía: 'Ya está, no quiero aprender más inglés, no quiero hablarlo más'', confiesa la argentina en una entrevista a CNN en Español.
A pesar de la soltura que ha adquirido Luisana, que se casó con Bublé en 2011, con la lengua materna de su marido, a día de hoy aún se siente insegura cuando se enfrenta a un proyecto en inglés.
'Como latino siempre tienes miedo con el inglés, de no poder hablarlo o de hablarlo mal. O piensas que se van a reír se ti por el acento'.
En su casa, la argentina se encarga de enseñarle español a sus hijos, Noah (2 años) y Elías (4 meses), hablando con ellos exclusivamente en ese idioma, mientras su marido hace lo propio en el suyo.
'Ahora yo hablo con mis hijos todo el tiempo en español y Michael en inglés. El más chiquitito tiene cuatro meses, pero el de 2 años ya habla los dos idiomas y los habla perfecto'.