El elogio es la alabanza de las cualidades y méritos de una persona, puede mostrarse usando palabras estimulantes, expresiones faciales agradables o gestos cariñosos.
Además de mejorar el comportamiento de los niños, se convierte en modelo de conducta para ellos, ya que el elogiado aprende a elogiar.
La psicóloga Amy Erazo dice que todas estas actitudes son positivas para mejorar la autoestima del niño, pues son fuente de orgullo y reconocimiento social. Cuando los papás elogian a sus hijos, les ayudan a comprender que son personas valiosas y que sus acciones y logros son motivo de satisfacción para ellos. No sólo es hacerles sentir bien, sino que es parte importante para el desarrollo de su carácter, pues les brinda confianza y los ayuda a valorarse como personas.
Sepa diferenciar
Hay dos tipos de elogios: el elogio por ser y el elogio por hacer.
La especialista explica que el primero se produce cuando el padre deja que el infante se sienta bien por lo que es y por sus cualidades. El segundo se refiere a las cosas que el niño realiza y que son destacables porque le nacen. Es necesario saber diferenciarlos ya que muchas veces, por el cariño que sienten hacia ellos, los elogios surgen más de los propios sentimientos que por sus acciones en sí, y cuando esto sucede, el niño puede sentirse engañado o insatisfecho con sus acciones, llegando a la frustración.
En algunos casos los gestos valen más que mil palabras. Erazo recomienda manifestarlo con acciones físicas, una palmadita, una sonrisa, un abrazo o ya sea verbal por medio de una palabra o frase, en cuyo caso debe referirse directamente al hecho a elogiar.
Si el niño hizo sus tareas escolares se le debe decir 'qué bien que hiciste tus deberes temprano', logrando que se sienta contento por su acción; en vez de 'ya era tiempo de que hicieras tus tareas temprano'.
De esta forma sólo se conseguirá que el reconocimiento se transforme en un reproche que tendrá efectos negativos, generando que el menor sienta que todo lo hace mal y pueda perder interés en superarse y dejar de hacer las cosas bien.
Elogio para cada edad
Para los más pequeños, las señales físicas de afecto junto con las palabras correspondientes son muy eficaces; sin embargo, cuando son mayores, les gusta ser elogiados discretamente.
Si el niño parece no dar importancia a los comentarios, pero más adelante repite el buen comportamiento, está comprobando que esta manera de elogiar es eficaz.
Elogie explicando por qué. Darle argumentos como 'qué bien te quedó el dibujo porque fuiste creativo', o 'este dibujo está muy lindo, se nota que lo hiciste con cariño', es otra forma de agradarlos, explica la especialista.
'Acompañar palabras bonitas mirando a los ojos, con una sonrisa y con un abrazo, hace que el niño se sienta aún más acogido y estimulado', agrega Erazo.
Aconseja a los padres no pensar que aprovechándose del elogio los niños comenzarán a portarse mal. Por el contrario, el pequeño que es elogiado siente satisfacción por eso e intenta mantener esa armonía.
Si un padre no tiene tiempo para sentarse y mirar el dibujo que su hijo le está mostrando, es mejor que le diga 'espera que termine de hacer esto, para que realmente pueda ver el dibujo y felicitarte o compartir contigo'.
A veces un papá es el que castiga y otro el que elogia, pero eso es poco conveniente tanto para el niño como para los progenitores, ambos deben ser firmes y poner límites, pero también deben elogiar.
Cuando un infante es elogiado siente que hace bien las cosas, pero cuando recibe frases duras en respuesta a sus acciones, siente que está haciendo las cosas mal, y por lo tanto, su autotestima y su autoimagen se desmoronan, perdiendo el interés por las cosas.
El refuerzo positivo
Se debe tener en cuenta que los niños requieren de atención y están dispuestos a conseguirla como sea; el mal comportamiento en algunas ocasiones es el medio que utilizan.
En ese caso es importante conocer el fondo de la situación, hablar con ellos y preguntarles qué los lleva a comportarse así y si existe alguna manera de remediarlo juntos.
Dialogar es la clave para la buena comunicación entre padre e hijos. Intente premiar el esfuerzo que ha hecho, no el resultado.
A tomar en cuenta
Los elogios, utilizados como reforzadores positivos de las conductas, pueden hacer milagros, aseguran los expertos.
Al ser halagados los niños sienten que sus esfuerzos realmente están siendo reconocidos cuando hacen algo bueno.
La alabanza debe ser dada cuando el niño se lo merece realmente y no en cualquier momento, para que no pierda su valor.