21/05/2025
01:05 AM

Alessandra: 'Los lados desconocidos del placer”

¿Están listos/as para comenzar a vivir el sexo de una manera diferente? ¡Muy bien! La variedad realmente enriquece la calidad de la actividad sexual.

    ¿Están listos/as para comenzar a vivir el sexo de una manera diferente? ¡Muy bien! La variedad realmente enriquece la calidad de la actividad sexual.

    Existe evidencia documentada que apoya la teoría de que los seres humanos no encontramos placer erótico en la familiaridad y la repetición.

    Para poder mantener una relación saludable, será necesario variar nuestros juegos, dar rienda libre a nuestra imaginación y creatividad, y aprovechar al máximo las muchas oportunidades de sentir placer que nuestros cuerpos nos brindan.

    Conocer a fondo cada parte de los mismos es fundamental para poder dar y recibir placer. No se trata de saber que cada parte existe y está allí, se trata de saber cómo éstas responden a los estímulos y cuáles son los estímulos que preferimos.

    A través del sentido del tacto tenemos la posibilidad de recibir y producir placer físico. El tacto es, de los cinco sentidos, el más importante para el placer físico en la relación sexual, junto con el que yo llamo el 'sexto sentido': el de la imaginación y creatividad.

    Acariciar es un arte. Es muy importante que aprendamos a acariciar y también a dejarnos acariciar. A través de las caricias la mayor parte de las personas logra su mayor excitación sexual, imprescindible para una buena base orgásmica, además de expresar nuestros sentimientos de amor y cariño.

    Cuando nos referimos a zonas erógenas, o partes del cuerpo que tienen el potencial de brindarnos sensaciones placenteras, realmente tenemos que incluir el cuerpo entero. Si bien no todas las personas responden de igual manera al ser estimuladas, ni su placer deriva de las mismas partes de sus cuerpos; en cada ser humano existen áreas que, ya sea por su alto contenido nervioso o porque nos hemos condicionado a asociarlas con placer, provocan excitación abundante.

    En esta nota he decidido dejar fuera las partes de nuestro cuerpo que más obviamente asociamos con placer sexual: la vulva, con énfasis en el clítoris, en la mujer, y el pene y los testículos en el hombre. Algo me dice que esas partecitas ya todos saben reconocerlas como partes del cuerpo que responden muuuuuy bien a las caricias eróticas. Por lo tanto interioricémonos en otras zonas erógenas de nuestro cuerpo:

    Las caricias concentradas en el cabello y el cuero cabelludo pueden ayudar a la relajación y a liberar tensiones, particularmente al comienzo de la relación.

    La relajación es esencial para que a partir de allí se pueda generar buena tensión sexual en el cuerpo y para que el ciclo de respuesta funcione adecuadamente. Un suave masajito craneal es una excelente manera para ir calentando los motores de la excitación.

    Los lóbulos de las orejas, la zona detrás de éstas, y los pabellones auriculares aumentan en sensibilidad a medida que la persona va excitándose, y resultan sensibles a la estimulación oral como prólogo a la excitación.

    Es una de las zonas erógenas más populares, así como lo son la nuca, el cuello y los hombros. éstos pueden ser estimulados manual u oralmente produciendo deliciosos escalofríos.

    Besitos suaves sobre los ojos cerrados estimulan los nervios parasimpáticos de los párpados produciendo una relajación que hace más sensible la relación. No debemos olvidar la boca y la lengua como zonas de erotismo.

    La sensibilidad de los labios también aumenta con la excitación, volviéndose muy perceptivos a los roces y caricias de otros labios. ¡Los besos no son sólo para comenzar la relación! Ayudan constantemente en los juegos previos. La lengua, permite agregar a los juegos calor y humedad de alto contenido erótico.

    Sola o combinada con labios y dedos, es normalmente el órgano que mejor estimulación provee a cualquier parte del cuerpo, como también una excelente receptora de sensaciones sexuales.

    Las zonas axilares y las caras internas de los antebrazos son áreas en las que la estimulación manual suave puede resultar muy placentera. Caricias suaves también son maravillosas para recorrer el costado, la cintura y las caderas de la pareja.

    La estimulación que se produce suele ser de intensidad baja o media, pero al ser combinada con otras de mayor intensidad, provoca riquísimos resultados. Estas partes del cuerpo, sin embargo, requieren un cuidado especial ¡atención con las cosquillas! si nos excedemos, puede desvanecerse el deseo, así que habrá que experimentarlo con calma y observando atentamente las reacciones de nuestra pareja.

    ¿Sabían que al excitarse, el tamaño de los senos puede crecer hasta un 20%? El pecho, tanto en hombres, tetillas, como mujeres, senos, es sumamente sensible al tacto. Los pezones resultan particularmente evidentes debido a los cambios en tamaño, color y textura que a menudo experimentan al ser estimulados. Estimularlos oralmente, en muchos casos, lleva incluso hasta el orgasmo. Un buen desafío para salirse de la rutina, ¿no les parece?

    El abdomen y el ombligo pueden producir delirantes sensaciones cuando son acariciados eróticamente. Vayan acercándose poco a poco al área más baja y más cercana a la genitalia de sus parejas, y ya verán lo que quiero significarles.

    Las nalgas, en su parte central y más rellena, son de gran poder erótico al ser manipuladas manual u oralmente por la pareja. Son muy sensibles a distintos tipos de estimulación, desde la que es más agresiva hasta la más suave y seductora caricia.

    La zona que se extiende entre los genitales y el ano, llamada perineo, es también un área de alta sensibilidad y erotismo. Resulta sensible tanto a caricias manuales como orales. Lo mismo ocurre con el ano, cuya estimulación, tanto en la mujer como en el hombre, provee una excelente plataforma orgásmica.

    La parte interna de los muslos resulta erótica en los juegos de caricias. Las rodillas, y el hueco poplíteo en particular, ubicado en el lado opuesto de las rodillas, también son responsables por proveer cosquilleos y escalofríos a quienes se les acarician. Una buena manera de estimular el hueco poplíteo es con la suave ayuda de una pluma.

    Los pies suelen proveer gran placer al ser tocados o besados. Con ellos es menester cuidarnos de las cosquillas.

    Como podrán ver, las posibilidades son infinitas… Lo importante es darse la tarea de descubrir cuáles de éstas son las más placenteras para ustedes y sus parejas, y comenzar a disfrutar. Así que ¡anímense!… véndense los ojos… recorran sus cuerpos con las más ricas caricias que sus manos, dedos, labios, dientes y lenguas puedan proveer. A eso añádanle algunas ricas y suaves telas, unas plumitas… ¡lo que se les ocurra! Y encuentren sus zonas más erógenas… Este compartir de placeres, intimidad y amor de seguro que mantendrá sus relaciones sexuales en óptimas condiciones y asegurará que el deseo se mantenga… ¡a practicar se ha dicho!

    No olvidar

    Los centros de las palmas de las manos producen especiales sensaciones cuando son acariciadas suavemente por los dedos de sus parejas. De aún más sensibilidad son los dedos. La receptividad nerviosa que poseen permite sentir las texturas, formas y rugosidades de las cosas. Esta sensibilidad los convierte en uno de los mejores medios para estimular y explorar el cuerpo de la pareja. Muchas personas disfrutan de la estimulación oral de los dedos, así como de la imagen visual erótica que se crea mientras la pareja coloca deditos propios o ajenos en su boca.

    A los lados de la columna vertebral tenemos una serie de nervios que pueden estimularse manual u oralmente. Se recomienda que sea en sentido ascendente o descendente.

    La parte baja de la espalda resulta sensible para muchas personas, ¡no la olviden!