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El asesinato que conmocionó a Hollywood y a Playboy hace 40 años

  • 16 agosto 2020 /

A los 18 años, Dorothy Stratten llegó a Los Ángeles y fue el sueño de los agentes: “una chica hermosa que podría actuar”, pero su vida terminó trágicamente poco después

Los Ángeles, California.

Un catalizador de ambiciones y promesas inconclusas, la vida de Dorothy Stratten terminó trágicamente a los 20 años, pero bastó para atormentar por siempre al fundador de la revista Playboy, Hugh Hefner, y al cineasta del ‘Nuevo Hollywood’, Peter Bogdanovich.

Dorothy Ruth Hoogstraten nació en Vancouver, Canadá, el 28 de febrero de 1960, siendo la primogénita de Simon y Nelly Hoogstraten, emigrantes de los Países Bajos. Al año siguiente, nació su hermano John Arthur y, en mayo de 1968, su hermana Louise.

El padre abandonó a la familia cuando los hijos aún eran pequeños y la madre no sabía cómo salir adelante. En la escuela, Dorothy era una niña tímida y le gustaba escribir poesías.

La adolescente trabajaba en un Dairy Queen, cadena multinacional estadounidense de helados y restaurantes de comida rápida, cuando en una noche de 1977, Paul Snider -un antiguo proxeneta- y un amigo de este entraron al local y vieron a Dorothy tomar los pedidos.

Era una jovencita de 1.75 metros y de aspecto dulce. Snider se volvió hacia su amigo y observó: “Esa chica podría hacerme mucho dinero”. Obtuvo el número de Dorothy de otra camarera y la llamó a su casa.

La joven se sintió atraída por él, quizás porque era nueve años mayor que ella. Cuando Paul le dijo que era hermosa, ella se desdobló ante el brillo de sus cumplidos y se contagió de las ambiciones que él tenía para ella.

Nacido el 15 de abril de 1951, Paul creció en el East End de Vancouver, una zona difícil de la ciudad. Sus padres se separaron cuando él era un niño y tuvo que valerse por sí mismo desde que dejó la escuela en séptimo grado.

Avergonzado de su delgadez, comenzó a ejercitarse al final de su adolescencia y en un año ya había desarrollado la parte superior del torso. Su cabello oscuro y bigote estaban impecablemente arreglados y las mujeres del circuito de clubes nocturnos lo encontraban atractivo.

Durante un tiempo fue el promotor de espectáculos de automóviles y bicicletas en la Exposición Nacional del Pacífico, en Vancouver, pero a Paul, los negocios legítimos no le daban lo suficiente para satisfacer sus gustos caros.

En varias ocasiones aspiró a convertirse en estrella, o tal vez incluso en director o productor. Trató de meterse en círculos poderosos, pero sin mucho éxito. Snider se mudó a Los Ángeles, donde adquirió una limusina dorada y trabajó con sus chicas en la periferia de Beverly Hills. Al final, dejó de ser proxeneta porque las mujeres no le reportaban suficientes ingresos.

Después de acompañar a Dorothy a su baile de graduación, ocasión para la que le compró un vestido blanco con volantes, la llevó a un fotógrafo alemán llamado Uwe Meyer para su primer retrato profesional. Cerca de un mes después, Snider volvió a llamar a Meyer, esta vez para pedirle una sesión de fotos de Dorothy desnuda. Meyer llegó con una peluquera y encontró a la chica de 18 años un poco nerviosa.

“Estaba ansiosa por complacer”, recordó Meyer para el artículo ‘Death of a Playmate’, publicado en el extinto diario The Village Voice y con el que su autora Teresa Carpenter ganaría el Pulitzer a mejor escritura de reportaje en 1981.

Meyer esperaba obtener $1,000 que Playboy pagaba habitualmente a los fotógrafos que descubrían playmates, calificativo que se otorga a las modelos que son elegidas por la revista para figurar en lugar destacado durante el mes correspondiente.

Pero Snider, previendo ello, llevó a Dorothy a otro fotógrafo llamado Ken Honey que tenía un historial establecido con Playboy. Honey se había negado al principio a fotografiar a Dorothy porque era menor de edad (la mayoría de edad legal en Columbia Británica es 19 años) y necesitaba la autorización de su mamá para hacerlo.

Dorothy, que se mostraba reacia a contarle a alguien de su casa sobre sus fotos desnuda, finalmente le dio la noticia a su madre y la convenció de que firmara. Honey envió el conjunto de fotos a Playboy y consiguió sus $1,000. En agosto de 1978, Dorothy voló a Los Ángeles para una toma de prueba. Era la primera vez que subía a un avión.

Foto: La Prensa

Dorothy Stratten con su esposo Paul Snider.


Un trabajo tras otro
En la ciudad californiana llena de gente hermosa y sedienta de fama, Dorothy atrapó rápidamente la suerte de la que algunos solo pueden soñar. Sus fotos de prueba fueron excelentes, colocándola entre los 16 mejores contendientes para adornar la tapa del 25 aniversario de Playboy.

A pesar de perder ante Candy Loving, Dorothy fue nombrada Playmate de agosto de 1979. Tan pronto como se enteró de su selección, Paul Snider, voló a Los Ángeles y le propuso matrimonio.

No se casaron de inmediato, aunque sí se instalaron en un modesto apartamento en el oeste de Los Ángeles. Era parte del gran plan de Snider que Dorothy los apoyaría a ambos.

Cuando Dorothy pasaba en constantes trabajos, Paul llegó a Los Ángeles y emprendía negocios legales, pero sórdidos, desde bailarinas exóticas, un concurso de ropa interior mojada cerca de Santa Mónica y concursos de camisetas mojadas en el Valle de San Fernando.

Sus amigos intentaron disuadirla de casarse con él, diciendo que eso podría frenar su carrera, pero ella respondió: “Él se preocupa mucho por mí. Siempre está ahí cuando lo necesito. No puedo imaginarme jamás estando con otro hombre que no sea Paul'.

Se casaron en Las Vegas el 1 de junio de 1979 y al mes siguiente Dorothy regresó a Canadá para una gira promocional por las provincias. Paul no fue con ella porque Playboy quería que el matrimonio se mantuviera en secreto.

Durante el otoño de 1979, cuando su fortuna se consolidaba, Hefner intervendría personalmente para asegurarle un permiso de trabajo temporal en Estados Unidos. Mientras tanto, le dieron un trabajo como conejita en el Century City Playboy Club.

En tanto que otras playmates, requerían cirugía estética, Stratten era casi perfecta. Tenía un poco de acné en la frente y una marca de nacimiento redonda en la cadera, pero nada que importara realmente.

Su defecto más problemático era la tendencia a engordar, pero eso se controlaba mediante ejercicio. El único cambio inicial que Playboy consideró necesario fue recortar su cabello rubio hasta los hombros y cambiar “Hoogstraten” por “Stratten”.

Los fotógrafos de la revista quedaron tan impresionados por la forma en que Dorothy se veía en cámara que un ejecutivo de la compañía llamó al agente David Wilder de Barr-Wilder Associates, quien manejaba las carreras cinematográficas de otras playmates, para agendar una cita.

El artículo de Carpenter de 1981 destacó una realidad que acompañó a Hefner hasta su muerte en 2017. 'Hay algo conmovedor en Hefner, dueño de un imperio construido sobre desnudos inanimados, pero incapaz de hacer que estas pieles brillantes cobren vida en la pantalla'.

Cuando Lorimar Productions quería a una playmate para un pequeño papel en la cinta Americathon (1979), Wilder envió a Dorothy. Cuando Columbia necesitaba a una mujer bella que pudiera patinar para la película Skatetown, U.S.A. (1979), Wilder envió a Dorothy, que podía patinar como toda una profesional. Cuando los productores de la serie Buck Rogers in the 25th Century y luego de la película Galaxina pidieron a una mujer tan hermosa que nadie pudiera negarlo, Wilder envió a Dorothy.

“Ella era exactamente lo que le gusta a esta ciudad, una chica hermosa que podía actuar”, dijo Wilder en aquel momento.

En una de las tantas fiestas en la mansión Playboy, Dorothy conoció al director de cine Peter Bogdanovich. El flechazo fue inmediato. Bogdanovich atravesaba una mala racha. Se había separado de Cybill Shepard y sus últimas películas habían fracasado en la taquilla.

Estaba preparando una comedia, They All Laughed con el protagónico de Audrey Hepburn (su último gran papel). Contrató a Dorothy para que haga uno de los personajes principales. El romance empezó casi de inmediato y ella logró alejarse de la relación enfermiza que tenía con Snider. Viajaron a Europa y soñaron con casarse.

Sin embargo, Snider y Stratten se vieron unas cuantas veces más. Él no perdía las esperanzas de recuperarla. Pero lo que más lo afectaba, lo que lo sacaba de quicio, era que se estaba perdiendo el negocio de su vida. A Dorothy le habían pagado 200 mil dólares tras la elección como Playmate del año e incluso fue invitada a una entrevista en el programa de Johnny Carson.

Snider contrató un detective para seguir a Dorothy. Quería comprobar lo que ya todo el mundo sabía. Ella salía con Bogdanovich. El detective contó que la obsesión de Snider era cada vez mayor. El proxeneta intentó comprar un arma pero fracasó en varios intentos; hasta le pidió al pesquisa que lo hiciera en nombre de él pero este se negó. Finalmente el 13 de agosto de 1980 consiguió que alguien le vendiera un arma de segunda mano.

El 14 de agosto citó a Dorothy a su casa al oeste de Los Ángeles. Ese día debían arreglar las cuestiones económicas pendientes para que en el futuro se evitaran estos encuentros. Él dijo que solo aceptaba el divorcio si a él le correspondía el 50% de todas las ganancias futuras de ella. Dorothy se opuso y Snider enfureció, tomó el arma y le disparó. La joven de 20 años murió en el acto y él se suicidó una hora después.

Foto: La Prensa

Mariel Hemingway y Eric Roberts en la película de Bob Fosse, Star 80.

Después de la tragedia
El cuerpo de Stratten fue incinerado y los restos enterrados en el cementerio Westwood Village Memorial Park en Los Ángeles. Los restos de Hefner (m. 2017) y Marilyn Monroe (m. 1962), también están enterrados allí.

La última película de Dorothy, They All Laughed, se estrenó hasta el año siguiente, aunque Bogdanovich usó $5 millones de su propio patrimonio para distribuirla.

El epitafio de la lápida de Stratten incluye un pasaje elegido por Bogdanovich del Capítulo 34 de la novela de Ernest Hemingway Adiós a las armas.

El asesinato de Stratten ha sido la trama de dos películas. La primera en Death of a Centerfold: The Dorothy Stratten Story (1981), hecha para televisión, donde Jamie Lee Curtis interpretó a Stratten y Bruce Weitz interpretó a Paul Snider.

El largometraje de Bob Fosse Star 80 (1983) que protagonizó a Mariel Hemingway como Stratten y Eric Roberts como Snider.

En 1983, el crítico de cine Vincent Canby escribió: 'La señorita Stratten poseía una encantadora presencia en la pantalla y posiblemente se haya convertido, con tiempo y trabajo, en una comediante de primer nivel'.

En diciembre de 1988, a la edad de 49 años, Bogdanovich se casó con la hermana de Stratten, Louise, que tenía 20. Bogdanovich había pagado la educación privada de Louise y las clases de modelaje después de la muerte de Stratten. Se divorciaron en 2001 después de estar casados ​​durante 13 años.

El cantante y compositor Bryan Adams, junto con Jim Valance, escribieron la canción 'The Best Was Yet to Come' como el tema final del disco de Adams de 1983, Cuts Like a Knife, como dedicación a Dorothy Stratten. La canción de Bush 'Dead Meat' está escrita en su memoria.