18/04/2024
01:14 AM

Venezuela, una jaqueca para las mutinacionales

Un sistema con tres tasas de cambio, dependiendo del sector, golpea sus finanzas; algunas han optado por retirarse.

Caracas, Venezuela.

Hacer negocios en cualquier país del mundo puede ser riesgoso. Y ni hablar de Venezuela.
Con la inflación más alta del con­tinente americano y al menos cinco devaluaciones en la última década, el país sudamericano sigue siendo un signo de interrogación para las empresas.

En poco más de un año, Vene­zuela inventó un sistema de tres tasas de cambio que alimentó un mercado negro. Aunque muchas multinacionales se aferran a tipos de cambio más favorables por ra­zones contables, esos días podrían llegar pronto a su fin.

“Prevemos pérdidas enormes para las empresas... es sólo el co­mienzo”, advirtió Ángel García Banchs, director de la consultora de Caracas Econométrica. “Lo úni­co que puede resolver este proble­ma es una completa reforma del modelo económico”.

Los precios de toda clase de bie­nes, desde la mantequilla a los tele­visores de pantalla plana, son fijados por el gobierno, que también limita las ganancias corporativas a 30%. Sin embargo, cualquier ganancia se evapora con rapidez, porque la infla­ción anual se acerca a 60% .

Y la ampliación de los controles de precios impuestos por el presi­dente Nicolás Maduro, quien suce­dió al fallecido Hugo Chávez en abril de 2013, ha exacerbado la escasez de artículos básicos como harina de maíz, baterías para autos y pa­pel higiénico, desatando violentas protestas callejeras desde comien­zos de febrero.

El sistema de tasa de cambios al­tera las reglas de juego para las em­presas, dependiendo de su rubro. A la tasa oficial del gobierno, que pueden usar las firmas que impor­tan bienes esenciales como alimen­tos y medicinas, el dólar estadouni­dense cuesta 6,3 bolívares.

Las empresas invitadas por el gobierno pueden pagar una tasa intermedia de 10 bolívares por un dólar, pero para las compañías que forman parte de la categoría más nueva, un dólar cuesta 50 bolíva­res, lo que las obliga a analizar el verdadero valor de sus fábricas e inventarios en Venezuela.

Para quien no pueda obtener dó­lares a través de los canales oficia­les, la tasa del mercado negro es de alrededor de 70 bolívares por dó­lar. La moneda estadounidense es vital para Venezuela, que importa hasta 80% de lo que consume; 96% de sus exportaciones son productos de petróleo.

Ricardo Sanguino, presidente de la Comisión de Finanzas de la Asam­blea Nacional, afirmó hace poco que las autoridades trabajan para unifi­car las tasas de cambio y reactivar la economía.

Por ahora, al menos, las empre­sas afrontan el dilema de qué tasa de cambio usar cuando cierren sus balances al final del trimestre y los inversionistas deberían prepararse para nuevas rebajas contables.

Avon Products Inc. adoptó la tasa más nueva que sancionó el gobierno en el primer trimestre y asumió un cargo contable de US$42 millones, mientras que Estée Lauder Cos. ab­sorbió un cargo de US$38 millones. La mayoría de las empresas aún cal­cula los valores de los activos con ti­pos de cambio más favorables.

Desde comienzos de abril, las ta­sas de cambio en Venezuela han sido mencionadas como un problema real o potencial en sus ganancias por más de un centenar de multinacionales, frente a apenas ocho en el mismo pe­ríodo del año previo, según el pro­veedor de datos Morningstar.

Goodyear Tire & Rubber Co., Herbalife Ltd. y Energizer Holdings Inc. anunciaron que al nuevo tipo de cambio tendrán que asumir pérdi­das contables de US$235 millones, US$103 millones y US$62 millones, respectivamente.

Algunos negocios no se concre­tan debido a la falta de dólares para pagarles a los proveedores. La prin­cipal cámara de la industria, Conin­dustria, estima que el gobierno tie­ne una deuda de US$10.000 millones con el sector privado.

Las automotrices se han visto particularmente afectadas ya que carecen de los dólares para pagar­les a sus proveedores. Fuel Systems Solutions Inc., un productor de sis­temas de combustible a gas natural para autos, con sede en Nueva York, no vendió ni una parte en Venezuela entre octubre y abril debido a que las automotrices no disponían de dóla­res, afirmó Pietro Bersani, director general financiero de la empresa.

Ford Motor Co., que detuvo temporalmente la producción de su Fiesta y otros vehículos en Ve­nezuela, ingresó en la categoría de tasa de cambio intermedia en el pri­mer trimestre y registró un cargo de US$310 millones. Ford indicó que concluyó que necesitaría esta tasa de cambio para acceder a dó­lares en el futuro. La empresa pre­firió no decir si adoptará el tipo de cambio más reciente.

“Recibimos un compromiso del gobierno de Venezuela para ayu­dar a resolver los temas y para lograr que nuestra producción se reanude para comienzos del próximo mes”, sostuvo la empre­sa en un comunicado.

General Motors Co. hizo una re­baja contable de US$400 millones en el primer trimestre, e indicó que cada devaluación de 10% del bolívar desde la categoría intermedia la obli­garía a realizar una rebaja contable de US$100 millones. Chrysler Group LLC registró una rebaja de US$129 millones en el primer trimestre y advirtió que “podría haber cambios significativos a la tasa de cambio en trimestres futuros”.

Al mismo tiempo, algunas em­presas con muchos bolívares deben acudir a la creatividad. El mercado virtual argentino MercadoLibre Inc. está invirtiendo sus ganancias vene­zolanas en bienes raíces comerciales para protegerse contra la inflación, indicó Pedro Arnt, director general de finanzas de la firma.

Bersani, de Fuel Systems, no pre­vé que haya “claridad o algo cercano a ello” respecto al destino del bolívar a corto plazo. Se tienen que llenar ciertas vacantes en el banco cen­tral y el gobierno debe establecer una política cambiaria permanente y que funcione, pero dijo que no es tan pesimista sobre la posibilidad de encontrar una solución en últi­ma instancia.

Otros no están tan seguros. Can­sados de la incertidumbre, algunas aerolíneas están abandonando el país. Air Canada dijo en marzo que dejará de volar a Venezuela y Ali­talia planea hacer lo mismo el mes próximo.
Wolfgang Koester, presidente ejecutivo de FiREapps, que asesora a clientes sobre riesgo cambiario, afirmó que en algún momento, los ejecutivos dirán: “No puedo ver la meta y me retiro”.