La “supercomisión” del Congreso estadounidense encargada de reducir gastos por 1.2 billones de dólares estaba ayer en punto muerto, a tres días de su plazo fijado, tras el cual se habilitará un mecanismo de recortes automáticos para salud y defensa.
Esta comisión mixta abocada a lograr reducir el déficit en 1.2 billones de dólares en 10 años, está compuesta por seis representantes demócratas y seis republicanos, y fue creada en agosto, tras el acuerdo para evitar la moratoria de la deuda, alcanzado a último minuto por el Congreso.
Sin embargo, tres meses después de su creación, la “supercomisión” se encuentra en un punto muerto, debido a las posiciones irreconciliables entre los representantes demócratas y republicanos. Mientras que los primeros piden un alza de los impuestos, los segundos descartan de plano esta idea.
La senadora demócrata Patty Murray, copresidenta de la comisión, reconoció en la cadena CNN que este tema era “objeto de una profunda división”. “Todo el mundo debe hacer un esfuerzo en estos tiempos difíciles para nuestro país”, afirmó.
“Nadie quiere perder la esperanza”, declaró Jeb Hensarling, líder republicano de la comisión. “Pero hay un momento donde la realidad de impone sobre la esperanza”.
Los parlamentarios de los dos bloques también han intercambiado declaraciones, en las que se han culpado mutuamente de la falta de entendimiento.
La “supercomisión” tiene hasta la medianoche del miércoles para presentar un borrador con sus recomendaciones y las medidas propuestas deberán ser aprobadas por el pleno de la Cámara de Representantes y por el Senado, antes de final de diciembre. AFP