Santa Rita, Yoro, Honduras
El ataque de la roya y la broca a los cafetales centroamericanos afectó, solo en Honduras, a unas 100 mil personas que se dedican al cultivo del aromático. Los esposos Wilfredo Meléndez e Isabel Murillo forman parte de ese grupo.
Junto a ellos, sus cinco hijos , William, Glenda, Lilian, Denia y Josué, le ponen rostro a la crisis que vivieron los medianos productores nacionales. Sin embargo, han dejado atrás los problemas y ahora ven con optimismo la llegada de la cosecha 2013-2014, que oficialmente comienza el primero de octubre.
Wilfredo (54) e Isabel (48) tienen 33 años de casados y los mismos de dedicarse al cultivo de café. La familia vive en la aldea Guanchías Creek, en Santa Rita, Yoro, pero sus 30 manzanas de tierra cultivadas están en la cercana zona de Parajital, a más de 1,300 metros sobre el nivel del mar. La familia Meléndez Murillo comenzó la producción de café cuando el padre de Wilfredo le heredó tres manzanas de tierra.
“Ese fue nuestro primer patrimonio cuando nos casamos. Para comprar las demás tierras empezamos a engordar unos cerdos y los vendimos... Y así fuimos comprando tierras y aprovechábamos lo que nos quedaba de las cosechas para esa compra”, cuenta Isabel, al tiempo que menciona que los ingresos eran de dos mil lempiras por una producción de cinco quintales.
Un año de estragos
En la cosecha 2011-2012, cuando el país rompió récords de producción y exportación, esta familia contrató a unos 100 trabajadores para el corte y otras faenas. Ese año obtuvieron 600 quintales oro y unos 400,000 lempiras en ingresos. Para el ciclo que ya expira, la historia fue diferente; la producción apenas fue de 200 quintales, la ganancia fue prácticamente nula y no necesitaron más que 30 cortadores.
“Perdimos por completo 10 manzanas por la roya y las otras quedaron afectadas”, dice Wilfredo. Pero eso es pasado. Esta familia hoy ve con optimismo el inicio del nuevo ciclo. “Hay plantillas de tres años que no fueron atacadas y hemos rehabilitado algunas áreas. Por eso les digo a mis compañeros (caficultores) que nos levantemos, porque no todo está perdido”, dice Isabel.
Variedades resistentes
Sergio Aguilar, jefe regional del Instituto Hondureño del Café (Ihcafé), no puede precisar si ha disminuido la incidencia de la roya y la broca, “porque siempre ha habido”; pero afirma que están tratando de controlarla a través de semillas más resistentes y las capacitaciones que da el instituto, las que se financian con fondos provenientes de organismos internacionales y algunos Gobiernos amigos.
Aguilar explica que una de las ventajas para la próxima cosecha es que las zonas afectadas se han resembrado con nuevas variedades, como lempira, parainema y catimor, que son más resistentes a las enfermedades.